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Rula Halawani, serie “Traces”, 2013. Impresiones fotográficas, cortesía de Selma Feriani Gallery. |
En el rápido crecimiento del arte contemporáneo en el Medio Oriente, que ya lleva más de una década, el arte fotográfico sin dudas ha liderado el camino.
Para muchos, la frase “fotografía del Medio Oriente” en general tan solo significa imágenes periodísticas de zonas en conflicto. Esta percepción limitada cambió notablemente en la última década, cuando el arte fotográfico del Medio Oriente y del África Septentrional se convirtió en una de las estrellas más brillantes de la constelación del arte contemporáneo.
Aunque sus raíces se remontan a tiempos mucho más lejanos (podría decirse que a los comienzos mismos de la fotografía), la entrada del arte fotográfico contemporáneo del Medio Oriente en la escena mundial puede marcarse en 2004, el año en que el prestigioso festival anual de fotografía Noorderlicht, realizado en Holanda, estuvo dedicado al mundo árabe con una exhibición llamada “Nazar” (“Mirada”). Aunque en aquel entonces la exhibición podría haber parecido tan solo una obra realizada por única vez y centrada sobre todo en el tema de la vestimenta, plantó las semillas para que floreciera el interés dentro y fuera del Medio Oriente, el cual se desarrolló paralelamente junto con otros medios de expresión en el arte contemporáneo.
En el año 2012, el Museo de Victoria y Alberto (Victoria & Albert Museum) de Londres organizó la exhibición “Luz del Medio Oriente” (“Light from the Middle East”), que reunía a más de 30 fotógrafos de la región. Para el siguiente año, el Look Festival de Liverpool montó una importante exhibición de fotografía del Medio Oriente, “Existo de alguna forma” (“I Exist in Some Way”), mientras que en Estados Unidos el Museo de Bellas Artes de Boston presentó “Ella que cuenta una historia” (“She Who Tells a Story”), la primera gran exhibición de mujeres fotógrafas del Medio Oriente. Más recientemente, en marzo de este año, el festival bienal FotoFest de Houston presentó el arte fotográfico de 49 artistas provenientes del mundo árabe, en una de las grandes exhibiciones de arte árabe que jamás ha existido. Fue notable la inclusión de 12 artistas de Arabia Saudita, que en la actualidad es uno de los centros del arte fotográfico de más rápido crecimiento en la región.
Aparte de estas presentaciones tan prominentes, las exhibiciones en grupo o individuales de artistas fotográficos del Medio Oriente casi se han convertido en un hecho común y corriente en las galerías públicas y privadas en todo el mundo. ¿Por qué el arte contemporáneo de esta parte del mundo está adquiriendo tanta atención? Para descubrir la respuesta, busqué la opinión de seis de los artistas fotográficos más destacados de la región, así como de expertos en el arte mundial.
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Lalla Essaydi, “Harem #2”, 2010. Impresión cromogénica, cortesía de la artista y de Edwynn Houk Gallery. |
LALLA ESSAYDI fue una de las artistas más importantes de la exhibición “Nazar” de 2004, y en la actualidad es una de las artistas más exitosas del mundo árabe que utilizan diferentes medios. Sus fotografías se exhiben en numerosas colecciones públicas y privadas principales. Al igual que muchos artistas fotográficos del Medio Oriente y del África Septentrional, Essaydi cuenta con una experiencia muy amplia del mundo que se extienda más allá de la región.
“Mi obra se relaciona con una exploración prolongada y en constante profundización sobre lo que constituye mi identidad como artista, como mujer, como marroquí y como una persona que vive en el siglo XXI, en el que en algún sentido la norma pasó a ser cierto grado de nomadismo cultural: por ejemplo, ahora vivo en el Occidente”, explica.
Essaydi también tiene amplios conocimientos de historia del arte universal. Sus imágenes, además de reflejar su propia identidad cultural, también reaccionan (algunas veces con más sutileza y otras, de forma explícita) a los cientos de orientalistas occidentales que con frecuencia erotizaron las descripciones de las mujeres del Medio Oriente.
“Mi obra se extiende más allá de la cultura islámica e invoca la fascinación occidental por el velo y, desde luego, el harén, tal como lo expresan las pinturas orientalistas”, afirma; y agrega que muchas de sus fotografías son el resultado de elaboradas puestas en escena que pueden demorar meses hasta que quedan listas.
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Youssef Nabil, “Catherine Deneuve, Paris”, 2010. Impresión en gelatina de plata coloreada a mano, cortesía de The Third Line Gallery y Nathalie Obadia Gallery. |
El auge del arte fotográfico del Medio Oriente, explica ella, es producto del “nomadismo y la modernización globales, la tecnología y los medios sociales”, y “tal vez los recientes conflictos en el Medio Oriente sean el motivo por el cual su arte se esté volviendo más popular, promovido por el deseo de los artistas de mostrarle a un público global su interpretación sobre lo que realmente sucede en la región, y también como reflejo del interés cada vez mayor del público de comprender la región desde un nuevo punto de vista”.
YOUSSEF NABIL nació en Egipto pero como Essaydi vive en Estados Unidos. Fue otro de los artistas que participaron en la exhibición “Nazar” y a partir de entonces, su obra ha cobrado fama mundial. Ha presentado distintas exposiciones individuales en cuatro continentes, en las que se exhibe su característica fotografía en blanco y negro que él colorea manualmente utilizando métodos antiguos. Al principio de su carrera, cuando todavía vivía en Egipto durante los primeros años de la década de 1990, Nabil recibió una influencia muy profunda de la tradición cinematográfica de su tierra natal, la cual es la más prolífica del mundo árabe. En cambio, sus temas más recientes tienen orígenes muy diferentes, aunque suelen mantener una relación con el cine, tal como sucede con sus recientes retratos de actrices francesas usando un hiyab (pañuelo para la cabeza).
Nabil considera que los países de la zona del Golfo fueron los principales impulsores de esta nueva visibilidad global del arte contemporáneo del Medio Oriente, lo que incluye la fotografía. “De pronto, el auge económico de Dubái que floreció hace 10 años ayudó a crear este canal y a formar una difusión internacional de los artistas del Medio Oriente, lo que atrajo a los visitantes a las ferias y las subastas de arte. Primero fue Dubái, luego Abu Dabi y Qatar con los museos y las colecciones. Estos países les ofrecen a los artistas del resto de la región una excelente oportunidad para exponer sus obras”.
Aparte de este auge, Nabil también siente que, en lo artístico, simplemente fue el momento de esta región. “Ya era hora de que el mundo conociera el arte del Medio Oriente, del mismo modo en que se conoce el arte de China, India o América Latina”, comenta. “Es algo lógico. Era hora de reconocer a los artistas de esta región”.
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Mitra Tabrizian, serie “Leicestershire”, 2012. Impresión fotográfica tipo C, cortesía de la artista. |
Por tener popularidad a nivel mundial, no es sorprendente que Nabil y Essaydi hayan participado en la exhibición del año 2012 en el Museo de Victoria y Alberto, que también incluyó a artistas fotográficos de la región que no son de origen árabe, como MITRA TABRIZIAN, ampliamente reconocida, que actualmente es profesora de fotografía de la Universidad de Westminster.
“Este ida y vuelta constante, derivado del hecho de haber nacido en Irán y haberme educado en Inglaterra, me dio la ventaja de poder observar ambas culturas desde el punto de vista de una extranjera”, explica. “La falta de pertenencia a un lugar o al otro me da una sensación de imparcialidad, pero a la vez de interacción, y por lo tanto tal vez una comprensión diferente”.
Realizada tanto en Inglaterra como en Irán, la obra de Tabrizian incluye una buena dosis de crítica social, que ella misma cita como influencias artísticas e intelectuales al destacado escritor, artista y teórico de la fotografía de origen británico Victor Burgin (con quien estudió), al filósofo y teórico crítico francés Jean Baudrillard y al erudito alemán Berthold Brecht, entre otros. El público no puede determinar siempre cuál es el origen de las imágenes de la artista, si se trata del “Oriente” o del “Occidente”. Pero eso le parece bien a ella. Sobre la serie “Another Country” (Otro país), la cual se enfoca en una comunidad musulmana de Londres, opina: “Fue muy bien recibida y el público no podía decir a ciencia cierta si se trataba de una obra oriental u occidental”.
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Samer Mohdad, serie “Mes Arabies”, Marruecos, 1994. Impresión fotográfica, cortesía del artista. |
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Reem Al Faisal, serie “Hajj”, 1999 a 2003. Impresión en gelatina de plata de 76 cm x 100 cm, cortesía de Howard Greenberg Gallery. |
Tabrizian cree que este crecimiento en la atención hacia el arte fotográfico tiene causas complejas, lo que incluye la confusión o la “incapacidad para comprender la situación política”, lo que genera “interés en los artistas de esa región y en la forma en que interpretan o ven la vida”. También tiene una hipótesis más pragmática: “En la situación actual, el mercado parece dictar el arte contemporáneo, por lo tanto, el Oriente surge como una nueva área de exploración y explotación”, afirma.
Está de acuerdo con ella Francis Hodgson, crítico de fotografía del Financial Times de Londres y antiguo director del departamento de fotografía de Sotheby’s, una de las principales casas de subastas del mundo. “En todos los sectores hay una presencia mucho mayor del Medio Oriente en los últimos años, desde carreras de caballos, bancos y viajes hasta una variedad de diferentes actividades artísticas”, opina él. “El motivo obvio es el dinero. A pesar de la reputación de ser como algo vetusto y conservador, con valores colonialistas y estructuras de clase prerrevolucionarias, el variado Occidente tiene una notable capacidad de adaptación y flexibilidad: es asombroso lo bien que se adaptan los elegantes caballeros [de instituciones occidentales] al Medio Oriente cuando van tras el dinero. En parte, la contracara es el ‘interés adquirido’ en las expresiones culturales locales. Lo mismo sucede en China, en la India e incluso en Rusia. Cuando hay dinero emergente, hay mayor interés”.
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Rula Halawani, serie “Intimacy V”, 2004. Impresión fotográfica, cortesía de Selma Feriani Gallery. |
Por consiguiente, según afirma Hodgson, algunos artistas de Medio Oriente son demasiado conscientes de esto. “Es posible que el centro de gravedad del mundo artístico se esté desplazando, como ocurre periódicamente. Pero tomo esto con cierta precaución. El hecho es que, aunque en el Medio Oriente o África Septentrional se está produciendo una gran cantidad de actividad fotográfica muy interesante y de alta calidad, se sigue generando principalmente para consumirse en Nueva York, Londres o París. Una gran proporción del ‘valor’ del arte contemporáneo del Medio Oriente solamente es validada por su éxito en esas antiguas capitales”, explica. “Tenemos que ver si existe algo así como un arte de exportación, esto es, arte para ser valorado en países que no son su lugar de origen”.
Sin embargo, está dispuesto a simplificar excesivamente el concepto de “arte fotográfico del Medio Oriente”. “Por ejemplo, no creo que sea posible agrupar en una misma categoría el auge del arte fotográfico iraní con el nuevo museo de fotografía de Marrakech, el periodismo participativo en El Cairo o el crecimiento de la fotografía artística de protesta en Palestina”, afirma.
Esta complejidad ayudó a Wendy Watriss, cofundadora de FotoFest, a prestar atención al arte fotográfico de la región. “Creo que las obras muestran una profunda inteligencia”, explica. “No considero que sea monoestructural como la ‘fotografía’. La mayoría de los artistas de la exhibición [FotoFest] utilizan y combinan muchos recursos multimedia: con movimientos, estáticas, de forma bidimensional y multidimensional. En realidad son artistas del mundo, como lo son las obras de arte. Sus obras son estratificadas y reflejan muchos aspectos diferentes de la historia de la política, cultura y geografía. Se trata de un arte sofisticado”.
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Abdulnasser Gharem, “Siraat” (“El Camino”), 2010. Caja de luz personalizada, 73 cm x 123 cm, cortesía de Ayyam Gallery. |
El artista fotográfico saudita ABDULNASSER GHAREM, cuyas obras complejas con frecuencia incluyen la fotografía como uno de varios elementos, es un ejemplo perfecto de esta sofisticación. Gharem, que en la actualidad tiene 41 años, fue un autodidacta de la historia del arte universal durante sus años de formación. “La Internet apareció solo a fines de la década de 1990”, explica. “Comencé a educarme a mí mismo desde el principio. En ese momento, había muchos conflictos bélicos en la región. Y la guerra afecta a los artistas. Después de la Primera Guerra Mundial sobrevinieron el dadaísmo y el constructivismo. Y después de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento Fluxus. Yo formé mi propia opinión y quise expresarla”.
Estos movimientos globales han inspirado a Gharem para producir un arte que suele dialogar principalmente con el público árabe, más que con el occidental. Esto se refleja en sus elaboradas pinturas con estampados de sellos de caucho, que con frecuencia incorporan fotografías. “En el Medio Oriente las personas sufren de burocracia”, explica. “No se hace nada sin estampar un sello”.
Gharem, que ha exhibido su obra en las principales ferias de arte del mundo, como la Bienal de Venecia y la Bienal de Sharjah, tiene sus propias ideas en cuanto al interés actual en el arte fotográfico del Medio Oriente. “Después de los ataques del 11 de septiembre, el Occidente y el Oriente tienen más curiosidad por conocerse”, afirma. “¿Sabes por qué a las personas les gusta el arte? Por lo general, las personas obtienen información sobre nosotros a través de los medios de comunicación. Sin embargo, cuando una persona ve una obra de arte, la información que obtiene se transmite de una nación a otra nación. No hay nada que se interponga. Es algo absolutamente puro. Nadie controla ni al artista ni a su mensaje”. En este aspecto, Gharem decidió invertir en su opinión y en el año 2003 ayudó a fundar la organización de artistas Edge of Arabia (En el borde de Arabia), que se ha transformado en una de las voces más importantes del arte contemporáneo saudita.
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Camille Zakharia, de la serie “Elusive Homelands” (Tierras natales evasivas), “The Awad Family” (La familia Awad), 1999-2000. Collage fotográfico, cortesía del artista. |
El uso sofisticado y complejo de diferentes medios y recursos también se manifiesta en el arte fotográfico del artista CAMILLE ZAKHARIA, que vive en Baréin, y que incorpora elementos y materiales tales como la superposición en capas, el collage y la caligrafía. Zakharia participó en las exhibiciones del Museo de Victoria y Alberto y FotoFest, como Gharem, y ha montado docenas de exhibiciones por su cuenta en América del Norte, Europa y Medio Oriente. Su obra, de acuerdo con él, “es introspectiva por naturaleza. Me marché del Líbano, el lugar donde nací, hace unos 30 años. El hogar, la identidad, la pertenencia, la conciencia en uno mismo y el lugar siguen siendo temas muy importantes para mí”. Por ejemplo, “Stories from the Alley” (Historias del callejón) es una serie creada en 1998, cuando Zakharia aún vivía en Canadá. “Tenía una inmensa nostalgia por el Medio Oriente, especialmente por Baréin. Escucho constantemente a [la cantante clásica egipcia] Umm Kulthum, la cual es una fuente de inspiración, e incorporo muchas de sus canciones en los trasfondos”.
En la fotografía, Zakharia cita a fotógrafos documentalistas del Medio Oriente y otras regiones del mundo como sus principales fuentes de inspiración, lo que incluye a Eugène Atget, August Sander, Diane Arbus y Alec Soth. “En cuanto a mi movimiento preferido”, agrega, “es el dadaísmo y en particular Hannah Höch”.
En los mismos términos que Nabil, Zakharia opina que el Zeitgeist (espíritu de la época) y la infraestructura artística son los que impulsan este surgimiento de artistas fotográficos del Medio Oriente. “A medida que el mundo se abre a sí mismo, creo que también ha llegado el momento de descubrir territorios menos conocidos”, reflexiona. “Desde luego que hay otros motivos más evidentes, como la apertura de muchas galerías y museos en el Medio Oriente y los países de la zona del Golfo, especialmente en la última década, lo que fomenta la creatividad de muchos artistas”.
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Hassan Hajjaj, “Kesh Angels” (Ángeles de Kesh), 2010/1431. Edición de 7. Impresión Lambda de metal en Dibond de 3 mm blanco, 101 cm x 137 cm, cortesía de Taymour Grahne Gallery. |
Al igual que Zakharia y Gharem, el artista marroquí-británico HASSAN HAJJAJ participó de las exhibiciones de Londres y Houston y afirma que siempre ha sido “un admirador de cualquier tipo de fotografía, histórica y contemporánea, aunque los fotógrafos que me han inspirado más son Henri Cartier-Bresson, Malick Sidibé, Samuel Fosso, Robert Capa, David LaChapelle y Shirin Neshat”, su lista abarca cuatro continentes.
Como sucede con Essaydi, otro marroquí, la interacción de los elementos “orientales” y “occidentales” es fundamental para Hajjaj, junto con su sensibilidad sobre el concepto de “lo otro” como algo exótico, con el que el mundo exterior tiende a caracterizar su tierra natal.
“Adopté la fotografía por primera vez hace más de 20 años después de colaborar en producciones [europeas] realizadas en Marruecos”, explica. “Me parecía extraño que el lugar, el panorama urbano y los residentes se utilizaran, posiblemente de forma no intencional, como el trasfondo o como accesorios con fines de aportar un elemento exótico, mientras que todos los modelos, la ropa, el personal de la revista y los lectores eran occidentales. En aquel entonces nadie estaba realmente interesado en nosotros”. Su obra ha adquirido gran popularidad en parte porque como una reacción a esta inquietud con frecuencia se permite tener sentido del humor y de seguir el juego, junto con lo que también se podría considerar más fríamente como una “crítica social”. Hajjaj afirma que en cada serie: “Trato de mostrar mi Marruecos. Sí, las antiguas tradiciones aún existen pero ¡observen qué modernos, animados y enérgicos se ven los personajes!”.
Hajjaj vive en el Reino Unido y es representado por las principales galerías de ese país, además de las de Nueva York y Dubái. En su opinión, el interés global en el arte fotográfico del Medio Oriente lo promueve la nueva infraestructura artística regional, con la ayuda de Internet y de la prosperidad económica de la región. “El talento siempre estuvo ahí, simplemente no había una infraestructura para exhibirlo”, comenta. “Se necesitan museos, galerías, escuelas de arte, buenos transportistas, buenos enmarcadores, materiales de buena calidad, buenas publicaciones, revistas, periódicos, reseñas y personas con ingresos disponibles para comprar arte que respalda a los artistas. Todo esto es algo que damos por sentado en el Occidente”.
![Shirana Shahbazi, “[Komposition-56-2012]”. Impresión tipo C en aluminio, cortesía de Galerie Bob van Orsouw.](../../../issue/201405/images/lenses/M_sp5_by_Shirana_Shahbazi-Kompos_sm.jpg) |
Shirana Shahbazi, “[Komposition-56-2012]”. Impresión tipo C en aluminio, cortesía de Galerie Bob van Orsouw. |
Esta nueva infraestructura regional, que durante una década fue una de las que más rápido creció en todo el mundo, ha visto el surgimiento de nuevas galerías de arte, museos, casas de subastas y ferias de arte, más visibles en los Emiratos Árabes Unidos y en Qatar, pero también en Arabia Saudita, donde actualmente se preparan más exhibiciones de arte contemporáneo. En los centros de arte occidentales más antiguos, la mayor concentración de arte fotográfico del Medio Oriente se da en Londres. En el Medio Oriente, el centro principal es Dubái, que recientemente abrió galerías dedicadas en gran parte y casi exclusivamente al arte fotográfico. La más reciente galería es East Wing, cuyo director, Elie Domit, observa un crecimiento en la percepción general de la fotografía de la región. “Esta combinación de mayor percepción y curiosidad es parte de un desplazamiento de la atención a una zona geográfica que siempre ha estado rodeada de misterio”, explica.
Rose Issa es una galerista pionera en Londres que se especializa en el arte contemporáneo del Medio Oriente y es editora del libro La fotografía árabe ahora (Arab Photography Now) publicado en 2011, sostiene opiniones parecidas. “Hay una gran demanda de imágenes provenientes o relacionadas con la región porque pocas personas pueden viajar fácilmente a Siria, Irak, Palestina, Túnez, Egipto, Irán o Arabia Saudita. Por lo tanto, las representaciones de los artistas de la zona ayudan a acortar la distancia”, afirma. “Además, una vez que una región aparece en las noticias, es natural que el público quiera aprender más sobre ese lugar, y los fotógrafos artísticos del Medio Oriente y África Septentrional tienen muchas cosas únicas e interesantes que decir”.
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Ziad Antar, “Burj Khalifa III”, de la serie “Expired”, 2012. Impresión en plata, cortesía de Selma Feriani Gallery. |
Sin embargo, existen otros motivos mucho más prácticos, explica: “En los últimos 20 años, la fotografía en general, no solo la del Medio Oriente, se ha popularizado en las galerías de arte. Los motivos no son artísticos solamente sino logísticos: la fotografía es un medio en el cual se pueden prevenir los gastos de transporte. Los fotógrafos pueden enviar imágenes por correo electrónico o en un disco, entonces es menos costoso organizar una exhibición una vez que se eliminan los gastos de envío. Además, el tamaño de la imagen puede adaptarse según el presupuesto, lo que permite ahorrar en el enmarcado”.
Según parece, el florecimiento del arte fotográfico del Medio Oriente se debe a una variedad de semillas distintas. Ahora es su momento, impulsado con dinero y nuevos lugares para exhibir y difundir las obras, desde museos, galerías y ferias de arte hasta en línea.
Aunque tal vez el factor más importante sea la creciente perspectiva global de los mismos artistas fotográficos. Cuando uno absorbe la vida, la cultura y la historia del arte que se extienden más allá de sus regiones de origen y a través de las lentes de sus cámaras y su propia experiencia, dejan su marca original en el escenario del arte mundial.
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Simon Bowcock es un artista fotográfico que vive en el Reino Unido. Con regularidad escribe sobre arte para revistas como Harper’s Bazaar Art y Eikon. |