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Volumen 65, Número 5septiembre/octubre 2014

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Los héroes musulmanes discretos de la Segunda Guerra Mundial // Texto de Omar Sacirbey
Los musulmanes de Albania ayudaron a unos 2.500 judíos a evitar las deportaciones nazis. Los retratos de estos albaneses y sus descendientes, que el fotógrafo de Estados Unidos Norman Gershman creó, fueron el punto de partida de La promesa (The Promise). “Por hacer esto, el pequeño país tiene mucho que enseñarle al resto del mundo”, comenta Gershman.  
Cortesía de JWM productions
Los musulmanes de Albania ayudaron a unos 2.500 judíos a evitar las deportaciones nazis. Los retratos de estos albaneses y sus descendientes, que el fotógrafo de Estados Unidos Norman Gershman creó, fueron el punto de partida de La promesa (The Promise). “Por hacer esto, el pequeño país tiene mucho que enseñarle al resto del mundo”, comenta Gershman.  

Es una lástima, porque las dos películas cuentan historias fascinantes, intrigantes y conmovedoras, además de brindar un servicio público porque documentan historias casi desconocidas con héroes inesperados e inolvidables. 

Enemiga del Reich: la historia de Noor Inayat Khan (Enemy of the Reich: The Noor Inayat Khan Story) es un docudrama que explora la vida de una mujer musulmana de origen indo-estadounidense que se convirtió en una de las menos pensadas pero más eficaces espías de Gran Bretaña cuando los nazis ocupaban París. Besa: la promesa (Besa: The Promise) es un documental que cuenta la historia de innumerables albaneses que, por adherirse a un código de honor que los comprometía a albergar a cualquier extraño que lo necesitara, dieron refugio por lo menos a 2.500 judíos. 

Aunque los personajes de estas películas provienen de orígenes muy diferentes y las películas cuentan las tramas con estilos muy distintos, juntas sientan nuevas bases para describir a los héroes musulmanes de la Segunda Guerra Mundial. 

En Enemiga del Reich, Grace Srinivasan juega el papel de Noor Inayat Khan, que ocultaba su transmisor de radio británico en el maletín de una máquina de escribir de secretaria mientras que se cambiaba constantemente de lugar, a veces diario, durante cuatro meses, cuando los nazis ocupaban París. 
Cortesía de unity productions foundation
En Enemiga del Reich, Grace Srinivasan juega el papel de Noor Inayat Khan, que ocultaba su transmisor de radio británico en el maletín de una máquina de escribir de secretaria mientras que se cambiaba constantemente de lugar, a veces diario, durante cuatro meses cuando los nazis ocupaban París. 

Como el holocausto se impuso predominantemente en la Europa dominada por el cristianismo, es fácil olvidar que los nazis y sus aliados extendieron su poder a África Septentrional y también a los Balcanes, regiones con una enorme población musulmana, y que las personas que vivían en esas tierras también formaban parte de la resistencia y rescataron a muchos otros.

“En cada etapa y en cada lugar donde se llevó a cabo la persecución de los judíos en tierras árabes por los nazis, el régimen de Vichy y el fascismo, los árabes ayudaron a los judíos”, escribe Robert Satloff (historiador y director ejecutivo del Washington Institute on Near East Policy [Instituto de Washington para Políticas del Cercano Oriente]) en su libro de 2007 Entre los justos: historias perdidas de la penetración del holocausto en tierras árabes (Among the Righteous: Lost Stories from the Holocaust’s Long Reach into Arab Lands), uno de los pocos análisis históricos sobre el tema. Satloff descubrió que en las tierras árabes ocupadas por los nazis, los árabes colaboraron o brindaron su apoyo casi en la misma proporción que los europeos que estaban bajo la ocupación nazi, muchos árabes y musulmanes se manifestaron en contra de la persecución y tomaron una posición pública de solidaridad con los judíos, a pesar de que otros se negaron a brindar un apoyo que colaboraría con la persecución. “A algunos árabes les esperaba el mismo destino que a los judíos. A través de esa experiencia, forjaron un lazo de compañerismo muy sólido. Y en ciertas ocasiones, algunos árabes optaron por hacer más que brindar un simple apoyo moral a los judíos. Se comportaron con valentía para salvar las vidas de esos judíos, arriesgando sus propias vidas”.

Los orígenes de Enemiga del Reich se remontan a Alex Kronemer y Michael Wolfe, fundadores y productores de Unity Productions Foundation (UPF): a cada uno de ellos, casi en la misma semana de 2010, se les acercaron diferentes sobrevivientes del holocausto en Francia, con historias sobre la ayuda que habían recibido de musulmanes. Las historias fueron una verdadera revelación para los dos productores, que nunca antes habían oído hablar del heroísmo musulmán durante la guerra.

“Los dos mantuvimos estas conversaciones casi al mismo momento. Sentimos que el universo nos trataba de decir algo, por lo que decidimos investigar un poco más”, explica Kronemer.

Al poco tiempo descubrieron otras historias. Por ejemplo, sobre los soldados musulmanes indios y argelinos que también pelearon en Europa para el ejército británico y el francés, respectivamente, y los médicos del hospital franco-musulmán Avicenna de Bobigny, en Francia, que atendieron a los soldados estadounidenses y de otras tropas aliadas. El cantante francés de cabaret Simon Halali fue uno de los numerosos judíos que recibieron refugio en la Gran Mezquita de París. Allí, los musulmanes le dieron documentos falsos en los que su nombre se cambió a Salim para identificarlo como musulmán. Esta historia se relata en la película de 2012 Les hommes libres (Los hombres libres), disponible solamente en francés. 

Aunque los cineastas descubrieron muchas historias que podrían haber servido para hacer buenos documentales, se dedicaron a la historia de Noor Inayat Khan debido a su profunda espiritualidad y a su posición como mujer. 

“Era una persona cautivante porque tenía una humanidad inclusiva”, explica Kronemer. “La ideología nazi se oponía a todo en lo que ella creía, pero ella simplemente no podía quedarse a un lado”.

Filmada en gran parte en Baltimore y Washington, D.C., con actores de la escena local, Enemiga del Reich relata la historia de Khan, intercalando segmentos con testimonios de investigadores y parientes. La actriz ganadora del Oscar, Helen Mirren, narra la historia.

“Yo quería representarla porque era una mujer muy fuerte, que mostró valentía y audacia, pero también era una joven en medio de circunstancias extraordinarias”, afirma Grace Srinivasan, la actriz que hace el papel de Khan. “Era mitad india y mitad estadounidense, como yo. No suelo leer o escuchar historias sobre personas que se parezcan a mí. Su historia merecía ser contada, y me hizo feliz formar parte de eso”. 

Rexhep Hoxha tenía 17 años de edad cuando su padre le dio refugio a la familia Aladjem en cumplimiento de la besa (promesa) albanesa, que indica que se debe dar albergue a extraños que se encuentren en apuros. En la película, él visita la sinagoga abandonada en la ciudad natal de los Aladjem: Vidim, en Bulgaria.
Cortesía de JWM productions
Rexhep Hoxha tenía 17 años de edad cuando su padre le dio refugio a la familia Aladjem en cumplimiento de la besa (promesa) albanesa, que indica que se debe dar albergue a extraños que se encuentren en apuros. En la película, él visita la sinagoga abandonada en la ciudad natal de los Aladjem: Vidim, en Bulgaria.

El padre de Khan, Hazrat Inayat Khan, era un músico y predicador sufí musulmán de la India, que en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial viajó a América para predicar y enseñar. Allí conoció a Ora Baker, nacida en Albuquerque. Se casaron y se fueron a vivir a Moscú, donde Noor nació en 1914. Poco tiempo después, la familia se mudó a Londres y luego a París, donde un rico mecenas les compró una villa en las afueras de la ciudad, un hogar que también fue conocido como Fazal Manzil, o bien, Casa de las bendiciones. Los visitantes acudían para escuchar a su padre, y la joven Noor absorbía sus enseñanzas, que para ella fueron el tiempo y el lugar más idílicos de su vida. Sin embargo, todo eso terminó de forma trágica cuando su padre murió inesperadamente. La madre de Noor quedó paralizada por el dolor. Noor tuvo que hacerse cargo de sus hermanos más pequeños. 

Siguió estudiando en La Sorbona y se convirtió en una exitosa escritora de cuentos para niños que publicaba en revistas infantiles y en una colección de relatos. En 1940, antes de la invasión de Francia de los nazis, Khan y su familia huyeron a Inglaterra.

Allí ella ingresó al cuerpo de auxiliares femeninos de la fuerza aérea (Women’s Auxiliary Air Force) como operadora de radio. Después de la ocupación de Francia, fue reclutada por el Special Operations Executive (SOE), una unidad clandestina creada por Winston Churchill para llegar al otro lado de las líneas enemigas y ayudar a los combatientes de la Resistencia.

Khan aceptó su asignación aunque sabía que un operador inalámbrico clandestino en la Francia ocupada sobrevivía en promedio seis semanas. Ella sobrevivió 16.Los registros de entrenamiento británicos describen a Khan como una joven idealista y sus superiores lo consideraban un problema. Por ejemplo, ella les advirtió que no mentiría. El documental también sugiere que los informes negativos pueden haber sido causados por prejuicios contra el color oscuro de su piel y su fe islámica. Sin embargo, sus destrezas con la radio eran excelentes y en Francia se necesitaban con urgencia operadores de radio de SOE, porque los nazis los descubrían con tremenda facilidad usando camiones de rastreo. En promedio, el tiempo de supervivencia en ese trabajo era de seis semanas. 

En 1943, se llevaron a Khan a una pista de aterrizaje en una zona rural remota de Francia, y logró ir a París donde se llevó de contrabando la radio en un maletín que parecía el de la máquina de escribir de una secretaria. Su asignación era brindar apoyo a una red clandestina de la Resistencia denominada Prosper en las comunicaciones entre Londres y los espías locales. Sin embargo la red Prosper pronto fue delatada y arrestaron a la mayoría de los agentes. Khan apenas logró evitar su captura durante 16 semanas, en las que cambiaba constantemente de lugar y seguía enviando mensajes a Londres, incluso mientras la Gestapo intentaba rastrearla con detectores de radio. La capturaron en octubre de 1943, la enviaron a prisión y finalmente al campo de concentración de Dachau, en Alemania, donde la ejecutaron en septiembre de 1944.

“Tuve el desafío de encontrar un equilibrio entre la luz y la oscuridad en la historia de Noor”, explica Srinivasan. “Ella amaba la fantasía y la ficción, la poesía y el arte, y prácticamente vivió en este mundo imaginario durante toda su infancia. Ese aspecto de su personalidad es muy diferente de la persona brava que también tuvo que haber sido para irse a Francia sabiendo que era probable que falleciera en ese lugar y no rendirse jamás a pesar de esas horrendas condiciones. Me resultó interesante encontrar una manera de mostrar todas las facetas de su alma, y el documental analiza su lado fantasioso así como el pragmático”. 

Besa (una palabra que se traduce literalmente como “promesa” pero que tiene un significado mucho más profundo) comenzó con el deseo del fotógrafo estadounidense Norman Gershman de documentar el legado de los albaneses que refugiaron a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. En el año 2002, en su primer viaje a Albania (que en la actualidad consiste en un 70 % de población musulmana y un 30 % de población cristiana), Gershman se quedó asombrado ante lo que descubrió: no se trataba solamente de unas pocas personas excepcionales en medio de miles de seres que apenas se limitaron a observar lo que sucedía, sino que halló todo un país que se esforzó para salvar a los judíos, tal como lo indicaba el tradicional código de honor conocido como Besa, que establece que todo extraño en apuros que busca refugio debe recibirlo. 

Cuando Gershman le mostró sus fotos a su amigo y productor cinematográfico Jason Williams, fundador de JWM Productions y especialista en programación cultural, los dos estuvieron de acuerdo en que se podía hacer una película sobre eso. 

“Esta película brinda el testimonio de los musulmanes en cuanto a que el holocausto sucedió, y también relata la historia de los musulmanes que tomaron medidas e hicieron lo correcto en relación con la amenaza existente, en un momento en el que la mayoría de los cristianos no siguió ese camino”, afirma Williams.

“Por hacer esto, el pequeño país tiene mucho que enseñarle al resto del mundo”, comenta Gershman. De hecho, Albania es el único país que, después de la Segunda Guerra Mundial, tenía más judíos que antes de la guerra.

Khan hablaba francés perfecto y se crio en los principios del pacifismo, en una familia musulmana con profundos valores espirituales. Aprendió el manejo de la radio después de ingresar al cuerpo de auxiliares femeninos de la fuerza aérea británica (British Women’s Auxiliary Air Force). Como operadora clandestina de radio cuando los nazis ocuparon París, con frecuencia era el único contacto entre Gran Bretaña y la Resistencia francesa.
Cortesía de unity productions foundation
Khan hablaba francés perfecto y se crio en los principios del pacifismo, en una familia musulmana con profundos valores espirituales. Aprendió el manejo de la radio después de ingresar al cuerpo de auxiliares femeninos de la fuerza aérea británica (British Women’s Auxiliary Air Force). Como operadora clandestina de radio cuando los nazis ocuparon París, con frecuencia era el único contacto entre Gran Bretaña y la Resistencia francesa.

Sin embargo, el documental es más profundo que una simple observación del pasado, Entrelaza la intriga y el misterio con una búsqueda que finaliza en el presente. Rexhep Hoxha tenía 17 años de edad cuando su padre, un panadero que se llamaba Rifat, que “nació pobre y murió pobre”, le contó acerca de la familia judía formada por Nissim y Sarah Aladjem y su hijo de 12 años Aron, que llegó a su tienda en busca de ayuda durante uno de los ‘ids (días festivos) en 1943. La familia había huido de Bulgaria, donde el gobierno era aliado del Eje y había promulgado muchas leyes antijudías. En esa época Albania estaba ocupada por los italianos, que aunque también eran aliados de la Alemania nazi, les permitían cierta libertad a los judíos. Rifat cerró la tienda de inmediato y llevó a los Aladjem a su hogar, donde les dio una habitación. 

Unos meses después, los nazis penetraron Albania y la vida se volvió peligrosa para los Aladjem. Huyeron en 1944, y Nissim le confió a Rifat (para entonces ya eran amigos cercanos) tres libros de oraciones que eran una reliquia de la familia, pues tenía la intención de volver tan pronto Albania fuera liberada. 

Sin embargo, después de la guerra Albania cayó bajo el régimen comunista más firmes del mundo y se convirtió en uno de los países con las fronteras más cerradas. Solo cuando los comunistas cayeron en 1990 Rexhep vio la oportunidad de hacer realidad el sueño de su padre: que los libros se les devuelvan finalmente a sus verdaderos dueños. Por medio de este fin se reunieron las dos familias nuevamente después de más de 70 años. 

Los albaneses que brindaron refugio a los judíos iban desde los más humildes campesinos hasta el rey del país, Zog I, el único monarca musulmán de Europa, que en 1939 abrió las fronteras de Albania para todos los judíos que quisieran venir y otorgó por lo menos 400 pasaportes y un sinnúmero de visas. Entre los que llegaron estaba la familia de Johanna Neumann, de Hamburgo. 

Al principio se quedaron con una familia campesina en las afueras del pueblo de Durres, en la costa del Adriático. Sin embargo, cuando llegaron los nazis, se mudaron con la familia de Njazi Pilku, un ingeniero albanés que había estudiado en Alemania, hablaba el alemán y tenía una esposa alemana, Liza. Cada vez que los nazis golpeaban a la puerta para preguntar quiénes eran los Neumann, los Pilku decían que eran sus primos de Alemania.  

“La hospitalidad, la calidez, era algo maravilloso”, recuerda Neumann, que en la actualidad trabaja en el sector de donaciones del Museo Memorial del Holocausto de Estados Unidos (United States Holocaust Memorial Museum) en Washington, D.C. “Esa familia corrió muchos riesgos. Si los nazis hubieran descubierto que nos ocultaban, nos habrían matado a todos en el acto”.

Traicionada por una doble agente, permaneció como prisionera casi un año hasta al ejecutaron en el campo de concentración de Dachau. 
Cortesía de unity productions foundation
Traicionada por una doble agente, permaneció como prisionera casi un año hasta al ejecutaron en el campo de concentración de Dachau. 

Para brindar un mayor tributo al coraje de esa familia, en 1992 Neumann nominó a Njazi Pilku para que fuese incluido en el museo Yad Vashem Holocaust de Jerusalén, donde una sala está dedicada a honrar a “los justos entre las naciones”, aquellas personas que no eran judías y que salvaron a judíos durante el holocausto: Pilku es uno de los 69 albaneses conmemorados en ese lugar. 

Los albaneses también protegieron a los italianos que habían ocupado el país pero que se convirtieron en blanco de los nazis cuando Italia se rindió a los Aliados. Neumann explica que había (gitanos) romanos que vivían en Albania y que también recibieron protección. “Hasta donde sé, no fueron deportados”, afirma.

“Tuvimos suerte en cuanto a elegir el momento justo”, explica Williams, y observa que al menos 18 de las 24 personas entrevistadas para el documental que ayudaron a otros o fueron ayudadas han muerto desde entonces. “Es por eso que este trabajo es tan importante. Si no hubiéramos hecho esta película, esto registro no existiría. No habría historia. Jamás se habría conocido esta verdad”, añade.

A Hoxha también le preocupan las numerosas historias que ya se han perdido o se perderán.

“Muchos de los que han ayudado a otras personas ya no están vivos. Sin duda, muchas personas permanecerán por siempre en la oscuridad”, escribe en un mensaje de correo electrónico. “Yo mismo aprendí mucho más a través de los realizadores de la película que de mi propio padre. Esto también se debe a la modestia que caracterizaba a esas generaciones”.

Besa, la cual se estrenó en 2012, sigue un recorrido exitoso en los festivales de cine y ya ganó el Gran Premio del Jurado en el Nashville Film Festival de 2014 y el premio al mejor documental en cuatro festivales de cine en 2013. Sin embargo, siguen en la espera del éxito comercial y a los cineastas y también a algunas de las personas que aparecen en la película les preocupa que el mensaje que transmite no llegue a la suficiente cantidad de personas. 

“Esta es mi meta en la vida: mostrarle al mundo que estas personas hicieron esto y demostrar que la fobia que existe contra los musulmanes se debe a la falta de conocimientos y reflexión”, explica Neumann.

Enemiga del Reich ha sido proyectada en 25 ciudades hasta la fecha, principalmente en cines de arte, universidades, auditorios y museos, y se estrenó en pbs el martes 9 de septiembre. 

Los cineastas de ambos documentales también quieren que su obra se distribuya en las escuelas como material educativo. 

“Creemos en el diálogo y en usar el cine para unir a las personas”, afirma Kronemer, coproductor de Enemiga del Reich. “Creemos que esta película realmente puede hacer un aporte a la educación de las futuras generaciones de estudiantes y también colaborar para mejorar las relaciones entre musulmanes y judíos”.   

www.enemyofthereich.com

www.besathepromise.com

Omar Sacirbey Omar Sacirbey (osacirbey@hotmail.com) es corresponsal del Servicio de Noticias de Religión y también ha escrito artículos sobre cultura, finanzas y política para The Boston Globe, The New York Times, Newsweek International y otros periódicos y publicaciones. 

This article appeared on page 28 of the print edition of Saudi Aramco World.

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