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Volumen 64, Número 2marzo/abril 2013

In This Issue


DICK NORBERG / DISEÑO NORBERG (DETALLE)
Claes Brodersson Rålamb nació en el seno de una familia noble sueca de poca importancia el 8 de mayo de 1622. Su padre fue, durante un tiempo, gobernador de Finlandia. Rålamb regresó de Turquía en 1658, ocupó varios cargos importantes y fue nombrado barón en 1674. (En este retrato aparece con los ropajes de barón). Ese mismo año fundó la Auktionsverk de Estocolmo, que actualmente es la casa de subastas más antigua del mundo aún en funcionamiento. Sin embargo, hacia 1680 había perdido la aceptación de Carlos xi, a quién había ayudado a criar, y perdió gran parte de su fortuna debido a las multas impuestas por el rey. Se retiró a sus haciendas, que eran al menos cinco, y al momento de su muerte en 1698, era uno de los hombres más respetados de Suecia.

e hecho, el imperio que estaba en expansión era Suecia; su rey era Carlos Gustavo x, de 35 años de edad; y el noble, Claes Brodersson Rålamb, era apenas seis meses mayor que su monarca. El imperio más poderoso era el otomano, cuya capital era Estambul. Entre ambos imperios había reinos que ambos buscaban controlar e influenciar: principalmente Polonia, Transilvania y Austria-Hungría. El año era 1657.

A principios del siglo XVII, Suecia era una potencia regional en el Báltico y hacia mediados de siglo se había convertido en una de las mayores potencias de Europa. El imperio sueco, que controlaba la mayor parte del comercio de oro, madera, brea y pieles en el Báltico, comprendía a la actual Suecia y partes de lo que hoy es Noruega, Finlandia, Latvia, Estonia, Dinamarca y Alemania. Suecia había luchado contra Dinamarca, Polonia y Rusia en diferentes periodos de la primera mitad del siglo, y había logrado un importante control económico. La alianza que estableció con Francia durante la Guerra de los Treinta Años le significó otros triunfos estratégicos contra Dinamarca y los estados de Alemania. El único otro estado importante de la región —gracias a que controlaba la costa sur del mar Báltico— era la Mancomunidad de Polonia-Lituania.

El 24 de septiembre de 1657, el embajador sueco Claes Rålamb observó la procesión de la corte del sultán Mehmed IV cuando esta pasaba por las calles de Estambul con rumbo a Edirne, muy probablemente para una cacería real. Rålamb tomó notas detalladas del acontecimiento y posteriormente mandó pintar 20 cuadros sobre la procesión. Cada pintura está etiquetada, en sueco, para identificar las funciones de los participantes, que eran muchos más que los que realmente aparecen en los lienzos. En la primera pintura se muestra al gobernador y al alcalde, junto con sus sirvientes.

En 1655, un grupo de nobles polacos-lituanos descontentos que tenían vínculos con Suecia le pidieron a Carlos x que invadiera. Carlos invadió, pero las cosas no salieron bien. Al año siguiente, Suecia se encontró con que sus recursos estaban comprometidos, y su único aliado, el gobernante de Brandemburgo-Prusia, Federico iii, empezó a vacilar. Suecia necesitaba otro aliado con urgencia. Los territorios conquistados a Polonia y, en realidad, su posición como potencia europea estaban en juego. Los estados alemanes vecinos no estaban interesados en aliarse y las relaciones con Rusia y Dinamarca eran poco favorables. Eso dejaba solamente a Transilvania, un estado vasallo otomano, gobernado por un príncipe cuya ambición ya causaba consternación en Estambul.

Suecia y Transilvania habían peleado, en diferentes épocas y por diferentes motivos, algunos de los mismos estados y ambos se habían aliado indirectamente con Turquía durante la Guerra de los Treinta Años. A juicio del rey Carlos, esta era justificación suficiente para establecer una alianza. A cambio de ayuda militar, Carlos le prometió al gobernante de Transilvania, el príncipe Jorge Rákóczi ii, territorios polacos no especificados, además del derecho a reclamar la monarquía polaca. Gran parte de Transilvania ya era propiedad personal de Rákóczi, por lo que la adición de partes del sur de Polonia, junto con la corona, habrían aumentado significativamente su poder.

BASADO EN EL MAPA DE 1962 DE JOHAN CALLMER

urante este tiempo, Turquía se encontraba en un periodo de gran inestabilidad. Llevaba años batallando contra la República de Venecia y últimamente estaba perdiendo. La paz con Persia, por el este, y con Austria-Hungría, por el oeste, era frágil. Los conflictos con Rusia siempre eran una posibilidad. Las facciones del gobierno otomano luchaban por el control del estado y las rebeliones en Anatolia desestabilizaban el corazón del imperio. Para los otomanos no habría sido bueno tener a una Transilvania fortalecida a lo largo de la frontera norte de Turquía, gobernada por un monarca de mentalidad independiente.

En Estambul, el gran visir Köprülü Mehmed Pasha asumió el poder en 1656 y nombró como regente a la madre del jefe nominal del imperio, el sultán Mehmed iv, que en ese entonces tenía 15 años. Ni su madre ni su abuela habían tenido éxito como regentes y ambas habían sido culpadas de debilitar el control de los otomanos sobre el imperio. Al aceptar el nombramiento como gran visir, Köprülü esperaba lograr estabilidad y dirigir al país.

En la tercera pintura de la serie aparecen estos rangos de azamoglani, "entre los cuales se toman a los jenízaros", dirigidos por un sargento mayor. A pesar de que los jenízaros eran soldados profesionales —pagados y con libertad para casarse—, ellos también eran esclavos que estaban atados de por vida al sultán, a quien debían servir. Rålamb hace notar que, aunque el desfile duró horas, fueron pocos los espectadores que se quedaron mirando hasta que pasó el sultán, cerca del final.

Fue en este escenario político que el rey Carlos x introdujo a Claes Rålamb (se pronuncia "rou-lam"), un hombre bien preparado para su rol como embajador. Después de recibirse de la Universidad de Uppsala (Suecia), estudió en la Universidad de Leiden en los Países Bajos, donde mejoró sus habilidades lingüísticas, viajó y aprendió sobre política europea. En 1645, cuando tenía poco más de veinte años, tomó parte en las negociaciones que pusieron fin a la participación de Dinamarca en la Guerra de los Treinta Años. Alrededor de los treinta años se concentró en sus haciendas, formó una familia y escribió el primer borrador de una obra sobre derecho, la que le tomó gran parte de su vida. Cuando Carlos x fue coronado rey de Suecia en 1654, este contrató los servicios de Rålamb y hacia mayo de 1656, Rålamb actuaba como gobernador civil de la ciudad polaca de Posen (actual Poznań). Fue en ese momento que Carlos lo convocó a su centro de operaciones de Frauenburg (Prusia), donde Rålamb fue informado de su misión a Turquía.

ARRIBA Y EN LA PARTE SUPERIOR: BRIDGEMAN ART LIBRARY (BIBLIOTECA DE ARTE BRIDGEMAN)
Arriba: Carlos Gustavo x, coronado en 1654, intentó rápidamente expandir el poderío de Suecia con la intención de controlar las tierras que bordeaban el mar Báltico. En la parte superior: Mehmed iv se convirtió en el sultán del Imperio otomano en 1648, a la edad de 6 años, y tenía 17 cuando Rålamb visitó Estambul. Permaneció en el trono por otros treinta años, hasta 1687.

Rålamb tenía que persuadir al gran visir, y por lo tanto al sultán otomano, para que autorizara la alianza entre Suecia y Transilvania. Los dos países ya habían sido aliados a principios de 1656; sin embargo, Transilvania consideraba que la invasión a Polonia, para que fuera legítima, tenía que ser autorizada por los turcos. Rålamb también tenía que solicitar que los vasallos tártaros y cosacos de Turquía dejaran de pelear en favor del rey de Polonia. Sten Westerberg, cuya biografía de Rålamb fue publicada a fines del año pasado, comenta que "a Rålamb no se le autorizó a ofrecer absolutamente nada a cambio de esto." Peor aún, a Rålamb se le ordenó que no tratara de establecer una alianza directa entre Suecia y Turquía. "En efecto, a él se le dieron instrucciones imposibles de cumplir", señala Westerberg.

Entonces, ¿había algo más en juego? Parece una contradicción que Carlos le haya ofrecido el trono a Rákóczi, puesto que los nobles polacos le habían ofrecido el trono a Carlos debido a que este pertenecía a una rama de la familia que ya había gobernado Polonia. Quizás Carlos aprovechó la ambición de Rákóczi para obtener desesperadamente los refuerzos que necesitaba, pensando que más adelante podría retirar la promesa sin sufrir grandes consecuencias.

En Estambul, los embajadores de los principales países europeos y asiáticos siguieron la misión de Rålamb, sobre la cual se había filtrado información, para ver si estos dos países poderosos, cada uno con cada vez más vulnerabilidades, buscarían fortalecerse mediante la cooperación.

Dejando de lado la conquista de Polonia-Lituania, incluso una alianza indirecta entre Suecia y Turquía podía fortalecer la posición de cada uno de ellos en su región y su posición como potencia europea. También podía dejar el camino libre para establecer, en el futuro, una alianza directa que podría prevenir conflictos en caso de que ambos llegaran algún día a compartir fronteras, pues el Imperio otomano avanzaba lentamente hacia el este de Europa.

Anticipándose a la autorización de los turcos, las tropas transilvanas de Rákóczi penetraron en Polonia en diciembre de 1656. Aunque es poco probable que Rákóczi haya sido alentado secretamente por Suecia o Turquía a que invadiera sin autorización explícita, con esta acción Rákóczi de hecho promovió los intereses del gran visir Köprülü: Destituir posteriormente a Rákóczi por no haber obtenido autorización previa le daría a Köprülü la oportunidad de poner en el cargo a un gobernante más sumiso en caso que él quisiera.

s mucho lo que sabemos de esto porque Rålamb dejo un registro detallado de su misión. Una copia con anotaciones de su diario personal, el informe que preparó para Carlos x y otros papeles están actualmente depositados en la Kungliga Biblioteket, la biblioteca nacional de Suecia, y hay cartas y documentos diplomáticos secretos antiguos en los archivos nacionales, en las afueras de Estocolmo. Quizás lo más interesante es que hay un registro visual: 20 pinturas de gran tamaño que nos hablan sobre el imperio turco otomano de la época. Encargadas por Rålamb y depositadas actualmente en el Nordiska Museet (Museo Nórdico) de Estocolmo, estas representan una procesión de la corte del sultán que se realizó cuando este alcanzó la mayoría de edad en 1657. Rålamb escribió sobre la procesión, la cual probablemente se realizó en el mes de septiembre, en el informe que preparó para Carlos: "Ahora está obligado por su legislación a reconstruir Adrianópolis [actual Edirne], la antigua sede del imperio, y a realizar una expedición." (Para el testaferro sultán, esa expedición se refería probablemente a la expedición anual de cacería de la realeza).

El viaje de Rålamb había comenzado siete meses antes, el 22 de febrero de 1657. Él comienza el informe que preparó para Carlos diciendo que había estado esperando en Stetin (Szczecin, en la actual Polonia) para recibir más instrucciones, además de una respuesta a su solicitud de pasaporte diplomático, el que podía asegurarle un tránsito seguro por los poco amigables territorios de Alemania, Austria y Hungría. Rålamb concluye su oración inicial con las siguientes palabras: "Me vi obligado a quedarme en Stetin por esta y otras razones que su majestad muy bien conoce". Sin embargo, el pasaporte diplomático se retraso misteriosamente, probablemente debido a que planeaba pasar por países contra los cuales tanto Suecia como Turquía habían luchado durante la Guerra de los Treinta Años; otro factor era que Austria, Hungría y algunas partes de Alemania estaban a favor de Polonia en lugar de Suecia.

La inscripción incompleta se traduce: "se llama a los ilustrados...". En otros lienzos, ellos venían detrás de capitanes de la guardia, lacayos, generales, heraldos, terratenientes, veinte parejas de cargadores de agua, entre otros más. En los bordes de esta pintura se observan tanto marcas originales del lienzo como signos de haber sido cortado. No se sabe quién pintó la serie, ni cuándo ni dónde. Para los historiadores especialistas en arte, la serie de Rålamb es, al mismo tiempo, una representación única de la corte otomana y un misterio: no hay firmas, ni fechas ni indicios de dónde fueron pintados los lienzos. A pesar de que las figuras tienen cierta afinidad estilística con miniaturas turcas y otras islámicas, estas son más individualizadas de lo que era común entre los artistas de dicha tradición; el paisaje es completamente ficticio y no tiene relación con ningún edificio conocido de Estambul, y con frecuencia tiene un aspecto europeo.

Los gobernantes de Austria, Hungría y Alemania no sabían por qué Rålamb había sido enviado a Turquía, pero podían suponer que no les convendría que los dos aliados potenciales mantuvieran comunicaciones privadas. El príncipe Rákóczi había hablado con otros países aparte de Suecia para proponerles una alianza, por lo que es posible que Austria, Hungría y Alemania sospecharan que algo se estaba tramando contra ellos y que eso involucraba a Transilvania. Como consecuencia de esto, Rålamb añadió que viajaría de "incógnito" ya que andaba circulando el rumor de que era enviado a Turquía en una misión diplomática y que a los rivales de Suecia no les convendría que él llegara.

Para evitar ser perseguido, Rålamb anunció fechas de salida contradictorias y planes de ruta falsos. Su precaución es evidente cuando escribe acerca de su aproximación a Dresde (Alemania); él dice: "Aunque no me aventuraría a pasar por ese lugar en virtud de las estrictas pesquisas que allí se hacen", y en lugar de eso rodeó la ciudad. Rålamb escribió que los salteadores de camino y los soldados que "asaltaban a los viajeros del país" eran un peligro, y señala: "nos encontramos con ambos; pero, puesto que eran cuatro carruajes procedentes de Praga, todos ellos bien armados, no tuvieron el coraje para acercarse a nosotros".

No obstante, Rålamb se enteró de que circulaba el rumor de que había un embajador de Suecia que viajaba disfrazado, y ni siquiera el haber rodeado Dresde le permitió evitar que lo persiguieran. Constantemente en guardia, estaba preparado para cambiar su ruta a fin de evitar problemas. Al pasar por una zona de la actual Eslovaquia, tomó una ruta por una montaña muy accidentada a la que él describe como "un paso tan difícil de mirar que me ponía los pelos de punta". Posteriormente, estando en territorio polaco, se encontró con un administrador de correo que "era lo suficientemente astuto para hacer preguntas, es decir, si acaso éramos mensajeros o los enviados diplomáticos suecos que se esperaba llegarían pronto". El administrador de correo los retrasó cuatro horas; sin embargo, al final, Rålamb lo convenció de que era un comerciante. Más adelante los empezaron a seguir cinco soldados de caballería. Cuando los viajeros se refugiaron en una posada situada al borde de un camino, los soldados se quedaron fuera toda la noche, amenazando con entrar. Los enfurecidos residentes de la posada los echaron a la mañana siguiente.

Tres jinetes (en la inscripción dice que en realidad eran seis; en el relato de Rålamb dice que eran ocho) portan los "unkiaraltetuiu" —los estandartes de pelos de cola de caballo del sultán—, seguidos por "monjes de todo tipo de órdenes", por el cuidador de caballos y por un camello que lleva una "pequeña capilla en la cual se coloca el Corán", usada por el sultán para rezar durante el viaje. El muro, las cúpulas y alminares del fondo probablemente fueron pintados por un artista que nunca los había visto, mientras que se considera que los trajes y las descripciones del desfile son bastante exactos.

Al llegar a Silistra, en territorio otomano, Rålamb inmediatamente tuvo que demostrar sus habilidades diplomáticas. Según Rålamb, el gobernador local fue "al principio muy duro, pero viendo que le daba respuestas adecuadas a todas sus objeciones, él comenzó a ablandarse". Rålamb sabía bastante bien cómo leer la cultura y la psicología para responder de una forma que propiciara una relación más acogedora. Escribió que el gobernador le había comentado a su personal: "No me extraña que oigamos hablar de los suecos porque, soldados, miren a este hombre, con qué audacia habla; después empezó a ponerse de buen humor conmigo, y me preguntó por qué no me había dejado crecer la barba."

Rålamb llegó a Constantinopla el 14 de mayo de 1657. Su primera audiencia con el gran visir Köprülü Mehmed Pasha se efectuó tres días después, y el 19 de mayo se reunió con Köprülü y el sultán. Hasta ese entonces, Rákóczi y sus fuerzas llevaban luchando cuatro meses en Polonia; sin embargo, los otomanos sabían que las fuerzas de Suecia y Transilvania no controlaban la mayor parte de Polonia-Lituania, y que ambos frentes seguían con sus ejércitos intactos. Y aunque Rusia le había declarado la guerra a Suecia en julio de 1656, y podría haber actuado, sus planes no eran claros. Por lo tanto, Rålamb no pudo negociar con los otomanos la autorización de la alianza entre Suecia y Transilvania durante estas dos audiencias.

Rålamb siguió presionando el 20 de mayo, cuando el protocolo le dictaba que luego tenía que visitar al mufti, o jurisconsulto de la ley islámica. Sin embargo, el mufti se negó a recibirlo, avisando de que "había llegado a su oficina, pero atrasado" y que "se informaría del asunto, y que me avisaría posteriormente". Rålamb añade que "la cuestión principal era que él sabía que yo no había traído regalos; y, por lo tanto, el honor de recibir la carta y los saludos de su majestad no tenía importancia para él". Este y otros contactos posteriores dejan de manifiesto que, ignorando el hecho que Rålamb no llevaba los regalos diplomáticos acostumbrados, había autoridades otomanas que simplemente no estaban a favor de establecer una alianza entre Suecia y Turquía.

El 21 de mayo, a Rålamb se le informó que podía sostener otra audiencia con el visir. Se reunieron al día siguiente, en un ambiente más informal, y el visir hizo notar que Turquía mantenía una alianza con Polonia y que "sería un error... dejar esa antigua amistad a cambio de esta nueva amistad con su majestad". Rålamb relata lo siguiente: "Inmediatamente le rebatí que la amistad que le ofrecía su majestad no era nueva, sino que había comenzado en la época del rey Gustavo y que había sido continuada por la reina Cristina". El diálogo continuó hasta que el visir hizo la "promesa de que se debían cumplir los deseos de su majestad en todos sus aspectos", y el visir prometió preparar los documentos en forma inmediata. Rålamb creía que estaba cerca de lograr su misión.

Montado en un caballo blanco, precedido por lacayos, el jefe de la cacería y de los arqueros, el sultán Mehmed iv parece tener mucho más edad de la que realmente tiene: 17 años. El visir Köprülü no aparece en la procesión.

Posteriormente, el 27 de mayo, el escenario cambió abruptamente. Un mensajero del visir le informó a Rålamb que se esperaba a otro embajador sueco y que cualquier decisión por parte de Turquía sería pospuesta a la espera de la llegada de ese segundo embajador. Sin que Rålamb lo supiera, el rey Carlos envió a un segundo embajador cuando empezó a preocuparse de que la misión de Rålamb hubiese sido interrumpida antes de llegar a Turquía.

Rålamb se preocupó. El visir partiría pronto para emprender una campaña militar contra la República de Venecia, y Rålamb sabía que no se tomaría ninguna medida sino hasta que el visir regresara. Eso podría significar meses. Solicitó otra audiencia, pero no recibió respuesta.

En este punto, el informe de Rålamb se desvía de la historia para describir, a lo largo de más de 20 páginas, el estado del imperio turco otomano y su historia a partir de 1634, cuando Suecia envió por última vez a un embajador. Este relato es interesante y revelador, y particularmente notable por la ausencia de comentarios críticos o despectivos, lo cual demuestra que Rålamb era capaz de reflexionar sobre otra cultura sin ver las diferencias como defectos. El biógrafo Westerberg hace notar que lo "más sorprendente era que él era una persona de mentalidad abierta". Westerberg explicaba que el sentido del humor, la ingenuidad y el estilo despectivo para con sí mismo de Rålamb favorecían su actitud fundamentalmente positiva, y estas características lo hacían más abierto a la información nueva. Estas cualidades eran ventajas muy importantes, ya que el imperio turco otomano era un imperio multicultural, con leyes y costumbres que habían evolucionado en su propio contexto, y los desconocidos podían —y lo hacían frecuentemente— fácilmente malinterpretar el mundo social políglota de la capital otomana.

Después del sultán venían los eunucos, "que rondaban los 100", unos 200 halconeros con sus gorros distintivos, y la mehterhane, o banda de guerra. Esta pintura también da la impresión de que fue cortada, quizás para que combinara con el resto de la colección en algún salón particular. Rålamb, cuyos descendientes entregaron las pinturas en préstamo permanente en 1937 al Museo Nórdico (nordisk Museet) de Suecia, nunca escribió sobre estas.

Sin embargo, Rålamb resumió de manera concisa lo que sabía sobre el islam, gran parte de lo cual lo había aprendido de Ali Ufki, un polaco que se había adherido al islam y convertido en músico de la corte. El uso de lenguaje neutral por parte de Rålamb en su informe ayudó a su rey a aprender sobre el imperio otomano y a apreciar su religión. Su extenso resumen sobre Turquía terminaba con las siguientes palabras: "Por ende, se necesitaría mucho para relatar el estado actual de Turquía y su relación con las potencias vecinas; considero que es mi deber resumir el informe de la negociación que se me encomendó en dicha corte".

Luego describe los contactos y negociaciones que mantuvo desde fines de mayo. Estando el visir combatiendo contra los venecianos, la siguiente autoridad en la jerarquía era el kaimakam, quien en los meses siguientes algunas veces criticó y otras veces apoyo los esfuerzos de Rålamb. Luego, a principios de agosto, se supo que el príncipe Rákóczi y sus fuerzas habían perdido una importante batalla en Polonia y que estaban en retirada. El kaimakam ordenó encarcelar a los embajadores de Transilvania que se encontraban en Estambul, y durante las tres semanas siguientes, Rålamb no pudo comunicarse con ninguna de las personas que estaban en el poder. Temía correr la misma suerte que los de Transilvania ("de hecho esperábamos lo peor en todo momento"). En su informe, él comenzó a establecer distancia entre Suecia y Rákóczi, haciendo notar que el príncipe había sido el causante de esta derrota sobre sí mismo.

Los seis meses siguientes fueron un periodo de incertidumbre. Se nombró un nuevo kaimakam. Rålamb comenta que la meta de este funcionario era "obligarlos a pagar dinero"; en otras palabras, pagar un soborno. Cuando el visir regresó, Rålamb fue finalmente recibido en audiencia; pero hacia aquel entonces ya era 20 de febrero de 1658, casi un año desde que había emprendido su viaje. Para la audiencia, él y su grupo viajaron a Edirne, después de lo cual debían partir hacia Suecia. En los meses posteriores a mayo de 1657 habían pasado muchas cosas: Rákóczi ya no era el soberano indiscutible de Transilvania, y las fuerzas turcas habían invadido este debilitado país. En otro frente, en agosto de 1657 se desató una guerra entre Suecia y Dinamarca; con esto, Carlos perdió su interés en Polonia, y aún más en la alianza con Transilvania.

Durante la audiencia del 20 de febrero, el gran visir le recalcó a Rålamb que el príncipe Rákóczi no había podido obtener autorización por anticipado y que, por lo tanto, se había sublevado contra Turquía. Rålamb contestó, explicando que Suecia, actuado como amigo de Turquía, lo había enviado a Estambul para tratar el asunto, y que Suecia no había incitado a Rákóczi a que se insubordinara. A pesar de que el visir coincidió verbalmente con Rålamb, rehusó reescribir la carta oficial dirigida a Carlos y rechazó la cooperación entre Turquía y Suecia. No obstante, le pidió a Rålamb que transmitiera mensajes positivos, aunque no escritos, que dejaran la puerta abierta para una cooperación en el futuro.

El viaje de regreso fue sencillo: Un pasaporte diplomático, tramitado por los otomanos, le permitió al grupo ingresar en Austria-Hungría-Alemania sin problemas y viajar públicamente en calidad de diplomáticos. Rålamb arribó a la ciudad puerto de Gotemburgo, en Suecia, a fines de mayo de 1658.

KARL-HENRIK STIERNSPETZ
En la parte superior central del escudo de armas de Rålamb, entre dos cascos de armadura, hay un turbante otomano con un penacho. La prominencia de este símbolo hace alusión a la importancia de su misión.

Allí se reunió con el rey Carlos al menos dos veces. Westerberg escribió que Rålamb y el rey conversaron durante cuatro horas "en privado sobre el viaje a Turquía y otros asuntos". Poco tiempo después, Rålamb tomó parte en la reanudación de una campaña contra Dinamarca, cargo en el que se mantuvo hasta la muerte del rey, ocurrida un año y medio más tarde, en 1660. El príncipe Carlos xi, heredero al trono, tenía solamente cinco años cuando sucedió a su padre como rey; en los años que siguieron, Rålamb desempeñó un papel importante en su crianza y, en efecto, en la dirección de Suecia durante la regencia de este último.

Fue la misión de Claes Rålamb a Estambul un éxito o un fracaso? Si solamente consideramos si es que tuvo éxito en las negociaciones que entabló con el imperio turco otomano para establecer una alianza formal entre Suecia y Transilvania, obviamente la misión fue un fracaso. A pesar de sus 15 meses de negociaciones, Rålamb volvió con las manos vacías.

Sin embargo, si analizamos la situación más detenidamente, hay indicios de que esta misión fue tan exitosa, que a él incluso se le premio con más misiones y con la confianza permanente del rey. Y luego están las pinturas: ¿Fueron estas una conmemoración de la misión cuyos objetivos nunca fueron completamente definidos por escrito?

En 2004, el Instituto Sueco de Investigación de Estambul formó un equipo conjunto de turcos y suecos para que estudiaran las pinturas. La directora del instituto, Karin Ådahl, que también fue quien editó la publicación de la investigación del equipo en el libro The Sultan’s Procession (La procesión del sultán) del año 2006, señala que las pinturas son únicas para su época. Ella hace notar que "en el sentido iconográfico, no hay nada que se asemeje en estilo a las pinturas de Rålamb, y ningún otro diplomático de ese periodo encomendó algo similar". Su singularidad parece indicar que el objetivo de estas era algo más que simplemente registrar la procesión. "Creo que tenía la intención de regalárselas al rey", dice Westerberg. "Pero —agrega—, ¿por qué Rålamb regalaría pinturas, especialmente una serie monumental de pinturas, asociadas a un fracaso? ¿Y por qué el rey pasaría cuatro horas reunido en privado con un embajador que había fracasado? Otro dato que indica que probablemente había algo más detrás de esto es el extraño comentario de Rålamb que se encuentra en la oración introductoria del informe que elaboró para Carlos: "otras razones que su majestad muy bien conoce". Igual de enigmática era la solicitud del visir, documentada por Rålamb, de enviar a Carlos un mensaje verbal que trataba sobre algo completamente distinto a lo que el visir escribió en su carta oficial.

En efecto, si analizamos los acontecimientos que sucedieron alrededor del periodo de la misión, es evidente que Suecia obtuvo lo que deseaba: más tropas de parte de Transilvania para invadir Polonia. Turquía también logró su objetivo: control directo sobre Transilvania. Otro beneficio que obtuvieron tanto Suecia como Turquía fue que, a lo largo de los aproximadamente dos años que duró Rålamb como embajador, sus enemigos potenciales no emprendieron acciones agresivas contra ninguno de los dos reinos, quizás temiendo que un ataque sobre uno pudiera generar una respuesta del otro. En otras palabras, es posible que la prolongada misión de Rålamb haya dado la imagen de que existía una mayor cooperación entre Suecia y Turquía de la que realmente se dio, y eso, tanto para los intereses de Suecia como de Turquía, es otra razón más de por qué la misión de Rålamb debe ser considerada un éxito rotundo.


Graham Chandler

Jonathan Stubbs (jon@jstubbs.com) es un escritor y editor independiente con residencia en Luleå (Suecia). Nacido en California, ha vivido y trabajado en distintas partes del mundo y pasó sus años juveniles en Oriente Medio.

Para obtener más información, ingrese en www.srii.org.

This article appeared on page 14 of the print edition of Saudi Aramco World.

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