Volumen 64, NĂºmero 6noviembre/diciembre 2013

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El wmporio de perlas de Al-Zubarah

Olas de arena cubren gran parte de las ruinas de Al Zubarah, que en su época de mayor esplendor, a fines del siglo XIX, albergaba a varios cientos de miles de habitantes y estaba rodeada por una muralla fortificada con 22 torres de vigilancia.
Olas de arena cubren gran parte de las ruinas de Al Zubarah, que en su época de mayor esplendor, a fines del siglo XIX, albergaba a varios cientos de miles de habitantes y estaba rodeada por una muralla fortificada con 22 torres de vigilancia.

n la costa noroccidental de Qatar, las bajas aguas de color cobalto de la bahía dan lugar de manera gradual a la arena y a pequeños montículos de piedras, de los cuales Al Zubarah ("montículo de arena") posiblemente adquirió su nombre, pero no su fama histórica, según explica el arqueólogo Alan Walmsley.

"Es muy claro", explica. "Al Zubarah no solo es el asentamiento dedicado a la recolección de perlas mejor conservado del Golfo, sino también un excelente ejemplo de planificación urbana de la península arábica". Agrega que es lo suficientemente importante para "ayudarnos a entender de mejor manera cómo funcionaban los asentamientos comerciales costeros de la región".

En una región en que los arqueólogos suelen estudiar sitios milenarios, esta es una afirmación sorprendente sobre un sitio que pasó de ser arena a una ciudad rica, para después convertirse nuevamente en arena, en poco más de un siglo. Al Zubarah, que obtenía su riqueza de los bancos de perlas situados en el lecho de la zona centro-sur del Golfo, se convirtió en un rico centro comercial entre mediados y fines del siglo XVIII. La acaudalada clase comerciante de Al Zubarah construyó lo que debe de haber sido una imponente ciudad amurallada en la que vivían varios miles de personas. A pesar de que la ciudad fue atacada y destruida en gran parte a principios del siglo XIX, su historia expresa la vitalidad de las economías costeras preindustriales del Golfo que prosperaron gracias al "oro blanco": las perlas.

Piezas de la historia del auge del "oro blanco", como a veces se llamaba a las perlas, en el Golfo, más de 60.000 fragmentos de cerámica han sido recuperados de Al Zubarah.
Piezas de la historia del auge del "oro blanco", como a veces se llamaba a las perlas, en el Golfo, más de 60.000 fragmentos de cerámica han sido recuperados de Al Zubarah.

La recolección de perlas es una industria muy antigua. Se calcula que las perlas más antiguas descubiertas hasta ahora, desenterradas de los sitios neolíticos de Al-Sabiyah (Kuwait) y Umm al-Quwain (Emiratos Árabes Unidos), datan de hace 7500 años. Dichas excavaciones, y otras más, indican que incluso a las perlas se les daba un gran valor como joyas y que eran usadas en las cámaras mortuorias. "La recolección de perlas dominó durante siglos el pensamiento y la forma de vida de prácticamente todos los habitantes de la costa del Golfo", dice Robert A. Carter en su libro Sea of Pearls (Mar de perlas), publicado en 2012.

Exactamente qué tan importantes eran las perlas para Al Zubarah y qué tan importante fue Al Zubarah durante su época son objeto de estudio del Proyecto de Arqueología y Patrimonio Islámico de Qatar (qiah, por sus siglas en inglés), proyecto de 10 años de duración fundado en 2009 y dirigido por el Departamento de Antigüedades de la Autoridad de Museos de Qatar (amq) en asociación con la Universidad de Copenhague. A pesar de que se llevaron a cabo excavaciones limitadas en la década de 1980 y a principios de la década de 2000, la dimensión y la naturaleza precisa de la ciudad han permanecido en gran parte en el misterio, aunque lo que se creía que había sido el suceso clave de su desaparición fue claramente registrado: En 1811, Al Zubarah fue bombardeada desde el mar por barcos omaníes, devastada por el fuego y reducida a escombros. Los historiadores creían que sus habitantes habían huido y que el pueblo había sido abandonado por completo. Sin embargo, el proyecto AMQ ha encontrado pruebas que ponen en duda esta versión de los acontecimientos y que proponen un proceso más complejo y matizado de ocupación, abandono parcial y reocupación.

unque las fuentes son escasas, la historia de Al Zubarah parece comenzar en la década de 1760 con la llegada de algunas familias pertenecientes a los 'utub, una coalición de tribus que surgió en Arabia central a fines del siglo XVII. Entre estas se encontraba el clan Al Khalifah, que actualmente es la familia gobernante de Bahréin. Los 'utub establecieron un centro de operaciones en Kuwait, y hacia 1765 ya presumían de una flota recolectora de perlas formada por alrededor de 800 botes. Decididos a extender su influencia, colonizaron Al Zubarah y establecieron en ella un centro comercial. Los comerciantes, provenientes de todo el Golfo, preferían Al Zubarah a otros centros de comercio, tales como Basra, que en aquella época se estaban viendo afectados por brotes de peste bubónica y por la amenaza de ataque de los persas.

El impresionante fuerte fue construido en 1938, casi un siglo después que Al Zubarah perdiera su prominencia. Actualmente se encuentra en restauración.
El impresionante fuerte fue construido en 1938, casi un siglo después que Al Zubarah perdiera su prominencia. Actualmente se encuentra en restauración.

Al Zubarah, bajo control de los 'utub y equipada con su propia flota recolectora de perlas, prosperó con rapidez, a tal punto que se construyó una ambiciosa ciudad en cuestión de una década o menos. Los lazos comerciales se extendían hasta el otro lado del Golfo, al océano Índico y más allá. No obstante, el meteórico ascenso de Al Zubarah no duró mucho. Otros asentamientos dedicados a la recolección de perlas habían surgido a lo largo de la costa del Golfo, entre ellos los precursores de Dubái y Abu Dabi. A la intensa rivalidad económica existente entre las ciudades costeras se sumaba la fragilidad de las alianzas entre las familias y tribus locales, las que con frecuencia se veían envueltas en conflictos.

La época de fines de la década de 1770 también fue un periodo de gran inestabilidad política. Apenas a unos 40 kilómetros al norte por el mar, los persas de Bushehr habían nombrado un gobernador en la isla de Bahréin. Para los persas, Al Zubarah representaba una amenaza potencial. Finalmente, esta hostilidad culminó con una batalla en 1783; los 'utub se impusieron y se apoderaron de Bahréin. Entre los residentes importantes de Al Zubarah que se trasladaron a Bahréin se encontraban algunos miembros del clan Al Khalifa.

Los contornos de esta antigua mezquita, prueba de que Al Zubarah fue parte de un sistema comercial y agrícola costero más amplio, se encuentran en Freiha, al norte de Al Zubarah. Derecha: Sin asentamientos ni ciudades posteriores que la cubrieran, Al Zubarah es "un lugar de una integridad cultural extraordinaria", dice Faisal Al-Naimi, director de arqueología de la Autoridad de Museos de Qatar.
alexis pantos / qiah / amq
Los contornos de esta antigua mezquita, prueba de que Al Zubarah fue parte de un sistema comercial y agrícola costero más amplio, se encuentran en Freiha, al norte de Al Zubarah.

Este movimiento de personas, y el consecuente cambio de foco económico hacia Bahréin, también fue motivado por una segunda amenaza, esta vez proveniente de las tierras interiores. Unidos bajo el mando del teólogo musulmán Mohammed ibn Abd al-Wahhab, otros grupos tribales se desplazaron desde Arabia central para amenazar a las ciudades costeras, entre ellas a Al Zubarah. Bahréin, por ser un isla, ofrecía cierto grado de seguridad.

Entretanto, las potencias internacionales también empezaban a enfocar su atención en la región. Los británicos estaban preocupados de contener a los Qawasim, una tribu asentada en Ras Al Khaimah, a lo largo de la costa nororiental del Golfo de Al Zubarah, a quienes acusaban de organizar ataques piratas contra los barcos británicos que se trasladaban a través del Golfo, desde y hacia la India. Para reprimir a los Qawasim, los británicos hicieron un tratado con los omaníes, quienes también temían por sus propias embarcaciones.

Los contornos de esta antigua mezquita, prueba de que Al Zubarah fue parte de un sistema comercial y agrícola costero más amplio, se encuentran en Freiha, al norte de Al Zubarah. Derecha: Sin asentamientos ni ciudades posteriores que la cubrieran, Al Zubarah es "un lugar de una integridad cultural extraordinaria", dice Faisal Al-Naimi, director de arqueología de la Autoridad de Museos de Qatar.
alexis pantos / qiah / amq
Sin asentamientos ni ciudades posteriores que la cubrieran, Al Zubarah es "un lugar de una integridad cultural extraordinaria", dice Faisal Al-Naimi, director de arqueología de la Autoridad de Museos de Qatar.

En 1809, las tribus inspiradas por Wahhab se unieron a los Qawasim con el propósito de ocupar Al Zubarah. Esto le dio a la alianza entre británicos y omaníes la oportunidad de matar dos pájaros de un solo tiro. Los británicos ya habían atacado otros puertos que estaban en poder de los Qawasim, y los omaníes, en tanto, decidieron atacar Al Zubarah. Un día, en 1811, zarparon hacia la ciudad y la bombardearon con sus cañones. El pánico y el incendio resultantes dejaron a gran parte de la ciudad en ruinas.

Su ascenso y caída ocurrieron tan rápidamente que aún no se encuentran descripciones de Al Zubarah durante su apogeo. En 1824, más de una década después del ataque, el capitán George Barnes Brucks, perteneciente a la Compañía Británica de las Indias Orientales, la describe como "una gran ciudad, hoy en ruinas. Está situada en una bahía, y fue, antes de que fuera destruida, un lugar con mucha actividad comercial". Esta evocadora y esquiva historia forma el telón de fondo del proyecto actual, que trata de reconstruir cómo era el carácter de la ciudad en su época de prosperidad, a fines del siglo XVIII. En los cuatro últimos años, un equipo internacional formado por más de 70 expertos ha estado trabajando en Al Zubarah durante el otoño y el invierno, dedicándose varios meses a investigar, excavar, catalogar y levantar un plano del que hoy es reconocido como uno de los sitios históricos más importantes del Golfo. El equipo busca responder interrogantes sobre el trazado de la ciudad, sobre qué actividades se desarrollaban allí y dónde, y cómo los habitantes de Al Zubarah vivían y trabajaban para obtener la enorme riqueza que llegaron a amasar tan rápidamente.

on estas interrogantes recorrí los vestigios de la ciudad, la cual abarca 61 hectáreas (150 acres) o el equivalente a aproximadamente el área de doce campos de fútbol. En el lado que da hacia tierra, está bordeada por los restos de los 2½ kilómetros (1½ millas) de muralla fortificada, la que alcanzaba una altura de cinco metros (16 pies) y poseía 22 torres de vigilancia dispuestas cada cierta distancia. Las prospecciones geofísicas, los sondeos con radares y las excavaciones tradicionales han revelado la existencia de un patrón de calles regular, en cuadrícula, al interior de la muralla, con estructuras diseñadas para complejos residenciales, uno de ellos claramente suntuoso, además de talleres y espacios de otro tipo.

El director del proyecto, Ingolf Thuesen, de la Universidad de Copenhague, les muestra a los visitantes la zona del mercado y los talleres de Al Zubarah. Durante los cuatro últimos años, un equipo internacional formado por más de 70 expertos ha estado trabajando en el sitio cada otoño e invierno, investigando, excavando, catalogando y levantando un mapa.
El director del proyecto, Ingolf Thuesen, de la Universidad de Copenhague, les muestra a los visitantes la zona del mercado y los talleres de Al Zubarah. Durante los cuatro últimos años, un equipo internacional formado por más de 70 expertos ha estado trabajando en el sitio cada otoño e invierno, investigando, excavando, catalogando y levantando un mapa.

Las casas están, en su mayoría, construidas alrededor de patios, señala Tom Collie, supervisor de arqueología. A medida que voy explorando, veo que algunas de ellas tienen un tamaño y un diseño claramente más ambicioso que otras. "Los materiales de construcción varían, pero hemos encontrado que se usaba piedra de mejor calidad para las estructuras más importantes y elaboradas", explica Tom Collie. Tom me explica la técnica básica de construcción, que consiste en roca de playa labrada toscamente, sellada y protegida por un yeso hecho a base de cal. En uno de los muros de yeso de una casa patio descubro un grabado sencillo, pero bien conservado, de un dhow (embarcación a vela), un emblema del papel fundamental que desempeño el comercio marítimo en la historia de la ciudad.

Lo que han descubierto los equipos es que Al Zubarah, a pesar de su corta historia, tiene capas, diferentes niveles de construcción que ponen de manifiesto suertes notoriamente cambiantes; es como la versión del Golfo de las ciudades de la fiebre del oro de los Estados Unidos: un lugar de cambios rápidos y dinero rápido. La ciudad fue construida en gran parte en una sola etapa, durante las décadas de 1760 a 1780, aunque ahora se sabe con claridad que este trazado reemplazó a un asentamiento anterior y más pequeño de tiendas y chozas, habitadas probablemente por pescadores y sus familias. Hay un área excavada en el extremo oeste de la ciudad, directamente sobre la playa, que es de especial interés. Allí hay numerosos hoyos para postes, hornos y lugares para hogueras que dan cuenta de que el lugar fue ocupado temporalmente por tiendas y/o chozas de palma durante un periodo que coincide con la etapa principal de construcción de la ciudad. Lo anterior parece indicar que al lugar solían llegar inmigrantes para suplementar a los pescadores recolectores de perlas durante la cosecha anual de "oro blanco", o temporada de recolección de perlas, que se extendía de mayo a septiembre.

Mapa de las perlas

Entretanto, en la ciudad se encuentran pruebas de que la recolección de perlas no era la única fuente de prosperidad. Se han descubierto almacenes y mercados en la parte central de la ciudad que dan hacia el mar. Según Mike House, supervisor de arqueología, "esto parece indicar que se producían y comercializaban distintos tipos de mercancías, entre ellas artículos forjados en hierro y otros productos artesanales". Mike me lleva a una zona de recintos abiertos, que, según explica, probablemente se usaban para contener al ganado. Lejos de ser unos simples trabajadores de una "ciudad dedicada a la extracción de perlas", los habitantes de Al Zubarah "probaban constantemente nuevas formas de ganar dinero", Mike plantea.

De la misma manera que las excavaciones están demostrando que la extracción de perlas era solo una de las tantas fuentes de la prosperidad de Al Zubarah, estas también están poniendo de cabeza otro capítulo icónico en la historia de la ciudad: el tristemente célebre ataque de 1811. Lejos de ser el supuesto Armagedón para Al Zubarah, los estudios arqueológicos indican que este acontecimiento en realidad no fue tan cataclísmico. Para empezar, la ciudad ya había dejado atrás sus mejores años. "Tras analizar las distintas capas de construcción, ahora creemos que Al Zubarah ya estaba en decadencia cuando los omaníes la atacaron con sus cañones", explica Walmsley, quien se desempeña como director de arqueología del QIAH. "Algunos edificios importantes habían sido, sin duda, desocupados y abandonados en los años anteriores al ataque omaní". Estas nuevas pruebas respaldan los datos históricos que indican que la población ya había empezado a abandonar la ciudad desde mucho antes que atacara el ejército omaní.

Las excavaciones están poniendo de cabeza otro capítulo icónico en la historia de la ciudad: el tristemente célebre ataque de 1811.Asimismo, aunque el bombardeo de 1811 provocó un éxodo considerable, esta fue solamente una respuesta inicial: Por lo menos algunas personas regresaron pronto, y vivieron probablemente en viviendas temporales, lo cual parece indicar que se produjo una recolonización en la década de 1820. Entre los trabajos que se realizaron alrededor de esa época se encuentra la construcción de un muro interior, construido sobre los edificios antiguos caídos, que marca la reducción del tamaño de la ciudad a aproximadamente un quinto de su tamaño original. Asimismo, el área comercial fue reducida de tamaño y reconstruida; algunos edificios dañados fueron demolidos y otros, reconstruidos con material rescatado y, frecuentemente, de calidad inferior.

Las tensiones entre las tribus continuaron en toda la región, a tal punto que en 1878, Al Zubarah fue nuevamente atacada, esta vez por el jeque Jassim bin Mohammed Al Thani, uno de los fundadores del Estado moderno de Qatar, que hasta el día de hoy es gobernado por su familia. De este modo, Al Zubarah siguió ocupada, con esta escala reducida, hasta fines del siglo XIX, cuando nuevamente fue abandonada y, de ahí en adelante, usada de manera esporádica.

Nadia Tsatsoulie, especialista en conservación, une fragmentos para reconstruir una vasija rota. Derecha: Marianne Schwartz observa por el microscopio mientras le quita la corrosión a una moneda bajo la que se podrían ocultar inscripciones.
Nadia Tsatsoulie, especialista en conservación, une fragmentos para reconstruir una vasija rota. Derecha: Marianne Schwartz observa por el microscopio mientras le quita la corrosión a una moneda bajo la que se podrían ocultar inscripciones.

Aparte de los restos de muros y algunos techos, por mucho el mayor número de objetos desenterrados a la fecha en Al Zubarah son artículos de cerámica. Desde 2009 a la fecha se han examinado unos 60,000 fragmentos. Muchos de ellos han sido recuperados de los muladares o montones de basura que hay por todo el sitio, por lo general en el lado del muro perimetral que da hacia tierra. "Tengo que abrirme paso entre montones de fragmentos", explica Agnieszka Bystron, ceramista investigadora, "e ir clasificándolos por tipo y por fecha. Algunos detalles sorprendentemente pequeños, tales como cambios leves en la forma de un diseño floral, pueden delatar la fecha de confección de la pieza". Agnieszka me muestra una amplia variedad de artículos de cerámica, tales como cerámica de Julfar de Ras Al-Khaimah; ollas de Khunj (Irán); jarros con forma de "torpedo" altos y delgados para transportar líquidos; pipas para tabaco con decoraciones; contenedores especiales para agua fabricados por artesanos de la villa bahreiní de Aali, y una misteriosa vasija negra de procedencia desconocida, aunque probablemente de la India, o quizás Irán. También hay piezas de porcelana china que datan de los siglos XVIII y XIX, además de porcelana europea que por lo general es de fechas posteriores. Hay una interesante fuente de color blanco y azul que tiene un alambre de remache y un agujero, lo que indica que los objetos particularmente preciados o caros no eran desechados cuando se rompían, sino que eran reparados y vueltos a usar.

Arqueólogos enseñan a un grupo de estudiantes visitantes cómo lavar y clasificar cerámica. Unos 1000 estudiantes visitan Al Zubarah cada año para aprender sobre el sitio y su historia, y para ver a los arqueólogos en acción.
Arqueólogos enseñan a un grupo de estudiantes visitantes cómo lavar y clasificar cerámica. Unos 1000 estudiantes visitan Al Zubarah cada año para aprender sobre el sitio y su historia, y para ver a los arqueólogos en acción.

Otros hallazgos revelan mucha información sobre la cocina y sobre la dieta de los habitantes, la cual, para sorpresa de nadie, incluye mucho pescado. Pero hay sorpresas: Entre las enormes cantidades de huesos de pescados hay restos de peces sierra, que actualmente son muy escasos en las aguas del Golfo, además de ejemplares de especies más comunes que son mucho más grandes que cualquier ejemplar capturado hoy en día, lo cual nos indica que la industria de la pesca captura los peces mucho antes de que estos alcancen su tamaño máximo. Y las perlas, desde luego, son producidas por las ostras, las cuales se comían y cuyas conchas eran desechadas en muladares que, según ha encontrado el equipo, llegan a alcanzar hasta 3 metros (casi 10 pies) de profundidad. También se han encontrado una gran cantidad de prensas para dátiles, lo cual indica que allí se producía jarabe de dátiles; los restos de arroz, trigo, cebada y habas, además de cocos, duraznos, damascos, nueces, uvas y ciruelas hallados indican que existían redes comerciales diversas y una gran capacidad de compra.

Esta perla a medio formar, desechada junto con la concha de la ostra, fue hallada en el exterior de una construcción del siglo XIX. Las perlas se forman cuando la ostra secreta nácar, un capa protectora de carbonato de calcio, sobre un objeto incrustado pequeño.
alexis pantos
Esta perla a medio formar, desechada junto con la concha de la ostra, fue hallada en el exterior de un edificio del siglo XIX. Las perlas se forman cuando la ostra secreta nácar, un capa protectora de carbonato de calcio, sobre un objeto incrustado pequeño.

Entre los hallazgos relacionados directamente con la extracción de perlas se encuentran algunas perlas verdaderas. Holly Parton, encargado de llevar el inventario de hallazgos del sitio, dice que esto es de esperar, dado su valor y portabilidad: Deben de haber sido uno de los primeros objetos que se llevaron los residentes que se trasladaban, o incluso por aquellos que escapaban. Pero también hay diversos objetos que, según se cree, eran usados por los recolectores y los comerciantes de perlas: un cofre de perlas del siglo XVIII, un cuchillo para extraer perlas, y pesas para buzo con forma de gotas, hechos de hematita, un mineral formado a partir de óxido de hierro. Estas pesas ayudaban a los buzos a descender más de 50 metros (160 pies) bajo las olas para ir en busca de su premio. En total son más de 200 los objetos que han sido enviados a Doha para ser exhibidos en el nuevo Museo Nacional, cuya apertura está programada para diciembre de 2014.

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Izquierda: Una pesa para sumergirse, hecha de hematita (mineral de hierro), ayudaba a los buzos recolectores de perlas a descender más de 50 metros. Arriba: Hallar un abalorio de madreperla en un alambre de oro es poco común: Las joyas por lo general salían de Al Zubarah junto con los residentes que se marchaban. Abajo: Este abalorio de vidrio y fayenza fue perforado con un mandril y pulido para fundir sus capas. Derecha: Este anillo de plata aplastado fue hallado en un muladar (montón de basura), al interior de la muralla de la ciudad.
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Izquierda: Este fragmento de cerámica podría haber sido parte de una fuente china, y fue posteriormente reutilizado como incrustación para un colgante. Se estima que data del siglo XIX, al igual que este tapón de vidrio para botella (derecha). Arriba: Es posible que se hayan usado conchas de cauri sin sus extremos superiores como joyas o fichas para juegos. Estas se encontraron en la zona comercial y en el mercado de Al Zubarah.

l interés por los hallazgos es tan grande como el que hay por lo que la topografía urbana de Al Zubarah dice sobre los asentamientos del Golfo. Walmsley, quien se ha especializado en arqueología por tres décadas en Siria, Jordania y Palestina, explica que Al Zubarah no presenta ninguno de los complejos trazados urbanos orgánicos tan comunes de las ciudades tradicionales de Oriente Medio. Él afirma que: "Al Zubarah no corresponde al concepto establecido de las ciudades islámicas que se desarrollan de manera intrínsecamente caótica o no planificada. Aquí las cosas funcionaban mucho más organizadas, lo cual indica que había una autoridad central que era responsable del diseño y de la construcción de la ciudad". Aún no está claro quién podría haber sido esa persona, pero dicha visión y organización probablemente provenían de alguien sofisticado, apoyado por consejeros con mucho mundo.

Tales descubrimientos y las nuevas preguntas recalcan lo poco que aún se sabe sobre la arqueología urbana de los pequeños pueblos y ciudades del Golfo. Estando las pruebas directas de la existencia de la mayoría de ellas que ahora están ocultas de nuestros ojos, enterradas bajo las construcciones modernas, Al Zubarah ofrece una oportunidad excepcional para comprender cómo las personas de dichos asentamientos vivían, trabajaban y se relacionaban con las demás personas que las rodeaban.

Puesto que ahora se conoce la mayor parte del trazado de la ciudad, existe la oportunidad de aprender sobre cómo las personas vivían, trabajaban y se relacionaban con los demás.
agnieszka bystron / qiah / amq
Puesto que ahora se conoce la mayor parte del trazado de la ciudad, existe la oportunidad de aprender sobre cómo las personas vivían, trabajaban y se relacionaban con los demás.

ara entender aún mejor esto último, viajé unos cuantos kilómetros en dirección al norte, a lo largo de la costa de Freiha, a otra ciudad "pérdida" que, al igual que Al Zubarah, ha ayudado a los historiadores a comprender los volubles destinos de los puertos comerciales de la costa. La cerámica hallada confirma que Freiha es anterior a Al Zubarah; sin embargo, las excavaciones indican que aquella presenta un patrón de asentamiento progresivo similar, con un rápido ascenso y una rápida caída. Lo interesante de Freiha es que es un asentamiento que se encuentra alrededor de un manantial, sobre terrenos más altos, tierra adentro del puerto principal.

Los tocones de palmas datileras caídos hace ya mucho tiempo indican que esta era tierra de labranza, probablemente capaz de abastecer al puerto de cultivos frescos de la temporada que eran difíciles de obtener de otra manera. Es razonable suponer que dichas configuraciones existían en otros lugares y que formaban parte de las tierras interiores que sustentaban la costa. Las prospecciones respaldan una referencia del siglo XIX a 20 fuertes que habían "dentro y alrededor de Al Zubarah", lo cual indica que existían antiguos sistemas de campos y cercos. Esta red de asentamientos rurales de pequeña escala, situados un poco hacia el interior, cerca de fuentes de agua dulce, supuestamente funcionaban como satélites de las ciudades costeras y proveían, a Al Zubarah en particular, de provisiones indispensables.

Esta mayor comprensión que se tiene sobre cómo la red de pequeñas "ciudades-estado" comerciales del sur del Golfo se relacionaban social y económicamente tanto unas con otras como con sus tierras al interior es uno de los resultados más valiosos obtenidos hasta la fecha por el proyecto QIAH. Igual de importantes son los indicios que se tiene en relación a que el bombardeo de 1811, a pesar de haber sido importante, no fue determinante, y que Al Zubarah prosperó no solo gracias a la extracción de perlas.

Tras ser restaurado, el fuerte de Al Zubarah se convirtió en el centro para visitantes de la Autoridad de Museos de Qatar.
Tras ser restaurado, el fuerte de Al Zubarah se convirtió en el centro para visitantes de la Autoridad de Museos de Qatar.

Todo lo anterior apunta, finalmente, a que la decadencia se debió a varios acontecimientos, y no solo a acontecimientos locales. El comercio de perlas del Golfo se vino abajo después que comenzaron a llegar perlas cultivadas en Japón a partir de la década de 1920. A partir de 1869, el canal de Suez reposicionó las rutas comerciales del hemisferio y, de hecho, redujo el tránsito del Golfo a un nivel regional más que internacional. A nivel local, la sobreexplotación de recursos hídricos parece haber acelerado una sequía y el declive de la agricultura. Hasta ahora, los trabajos de conservación realizados en Al Zubarah se han limitado a la reconstrucción y fortalecimiento de algunas secciones de la muralla exterior, una de las torres y unas cuantas viviendas domésticas situadas en el interior del complejo más grande. Aunque no se ha reconstruido ninguna pared, algunas han sido estabilizadas; también se han restaurado secciones de yeso de valor histórico donde ha sido posible y se ha aplicado yeso nuevo donde ha sido necesario. Estos trabajos han ayudado a empezar a recrear cómo lucía supuestamente la ciudad en su época de máximo apogeo, 250 años atrás; por primera vez en al menos un siglo, hoy es posible recorrer las calles arenosas y pararse sobre una sección de la muralla perimetral que alguna vez protegió a los habitantes de Al Zubarah.

"Al Zubarah es un lugar con una integridad cultural extraordinaria", explica Faisal Al Naimi, director de arqueología de la Autoridad de Museos de Qatar. "Aclara muchas dudas sobre la historia no solo de Qatar, sino de toda la región. Tenemos el privilegio de poder revelar su valioso patrimonio al mundo".

James Parry James Parry (www.jamesvparry.com) es un historiador, autor y profesor que se especializa en la historia y el patrimonio de la península arábica. Ha trabajado y vivido en varios países de Oriente Medio, y actualmente vive en Norfolk (Inglaterra).
Dan Britton Dan Britton (brittondan@hotmail.com) es un fotógrafo independiente y arqueólogo de la Universidad de Copenhague que emplea la fotografía de estudio, de terreno y aérea para documentar el Proyecto de Arqueología y Patrimonio Islámico de Qatar, en Al Zubarah, por encargo de la Autoridad de Museos de Qatar.


This article appeared on page 33 of the print edition of Saudi Aramco World.

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