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Volumen 63, Número 2marzo/abril 2012

In This Issue

El palacio y el poeta
Ver FotografíasPartiendo finalmente del norte, gran júbilo reservado por mucho, visité Bajchisarái, su palacio, dormido en el pasado. •Alexander S. Pushkin, " The Fountain of BakhchisaraY"  E

n el aeropuerto internacional de San Petersburgo, Rusia, una controladora de boletos me señala con la mano el camino al distante aeropuerto nacional para mi viaje a Simferópol, a pesar de que la ciudad crimeana se encuentra en Ucrania independiente. "Siempre hemos considerado a Crimea como parte de la madre Rusia", me explica. "Aún la consideramos parte nuestra".

Muchos libros se han escrito en relación al interés geopolítico de Rusia en la estratégica península de Crimea, en el Mar Negro, interés que se remonta a la época de Pedro el Grande. Pero basta con leer un delgado tomo de poesía para comprender cuán arraigada está Crimea en el alma de los rusos: "La fuente de Bajhchisarái", escrita por Alexander Pushkin en 1824. La obra narra una leyenda romántica que tiene lugar en el palacio de 500 años de los Kanes de Crimea —uno de los tres palacios de estilo islámico que perduran en Europa— y es la fuente de una relación pasional del país con el lugar mismo.

Pushkin es considerado el fundador de la literatura rusa y su mayor poeta lírico. Entre sus obras, "La fuente de Bajchisarái" no solo fue uno de sus poemas más populares, sino que también sirvió como una especie de versión rusa de Las mil y una noches: un verso de 3.500 palabras que recrea el mundo de los constructores del palacio, el desaparecido Kanato de Crimea.

El encanto de la narración a lo largo de estos 200 años surge de la misma historia: Un amor entre un conquistador sentimental y una sirvienta cautiva, condenada por una vengativa reina de harén. Su poema tiene un impacto tan profundo que, hasta el día de hoy, unas 250.000 personas de toda Rusia, alentadas en gran parte por Pushkin, visitan el palacio, principalmente para ver el lugar donde se centra el poema: la Fuente de las Lágrimas, la cual Pushkin convirtió en uno de los símbolos más profundos del amor eterno de toda la literatura.

Sin embargo, para los actuales descendientes del kanato de los tártaros de Crimea, Bajchisarái (pronunciado ba-chi-sa-rai) representa mucho más que eso, señala Yakub Appazov, director de un museo local. El palacio, explica, "es el corazón de la nación, y todo lo que le pertenece a la nación es Bajchisarái." En la placa del palacio, agrega, está inscrito "Palacio Bajchisarái del kanato de Crimea" no solo en ucraniano y ruso, sino también en tártaro de Crimea.

Desde tiempos antiguos, las sucesivas civilizaciones de Crimea han tendido a borrar las huellas de las civilizaciones predecesoras. Este por poco fue el destino tanto de la fuente como del palacio. Sin embargo, perduraron debido a que la historia de "La fuente de las lágrimas" sobrecogió no solo al pueblo ruso, sino también a los zares, a una gran emperatriz y al Primer Secretario General del Partido Comunista. De no haber sido por el poema de Pushkin, el palacio se habría perdido.

Ahora, vayamos a su encuentro.


D

esde el siglo XVI al siglo XVIII, el pueblo de Bajchisarái, cuyo nombre significa "el palacio en el jardín", fue la capital del kanato de Crimea, el estado que en 1438 se separó de la Horda de Oro, la alianza de tribus mongolas y turcas cuyo imperio llegó a abarcar desde el océano Pacífico hasta el río Volga. El kanato, que se extendía al este del Mar Negro, hacia la región de Caspia-Volga, fue una potencia formidable, y su linaje de reyes descendía del mismísimo Gengis Kan. El fundador de la dinastía, Meñli I Giray, adoptó el título imperial de "Soberano de dos continentes y Kan de Kanes de dos mares". Durante aproximadamente 250 años, desde 1532 hasta 1783, el palacio de Bajchisarái fue la residencia de 48 kanes de la dinastía Giray, y el suntuoso complejo le hizo honor a su nombre con jardines y una fuente de agua revitalizadora, sustentadora y purificante como punto focal de su diseño.

http://atlas.7jigen.net/en/historical/crimean_khanate

Pero ya han transcurrido 235 años desde que los kanes fueran amos y señores de Bajchisarái. Durante estos años, el palacio ha adoptado una apariencia "barroca asiática" rusificada, "muy distorsionada en comparación con su aspecto inicial", admite el ex subdirector del palacio, Oleksa Haiworonski, seguidor fiel de la historia de los tártaros de Crimea. Más aun, debido a un ataque ruso perpetrado en 1736 que destruyó los archivos del palacio, el palacio no cuenta con información etnográfica sobre la vida cotidiana de los kanes y otros habitantes del lugar ni con documentos del periodo, dice Haiworonski.

Todo lo anterior acerca a Bajchisarái más a una leyenda y la poesía que a la historia.

Exuberancia a este día cautiva
Aquellos paisajes y salones vacíos
¿Dónde están ahora los Kanes? ¿Dónde está el Harén?
Ahora todo era silencio, todo era sombrío,
Todo fue alterado pero no ahí
Fue lo que agitó la duda del espíritu....

En su interior, las paredes de cemento en forma de L del patio de la fuente están desnudas. Sus pisos disparejos han sido pulidos por millones de pasos en el transcurso de los siglos. El patio es fresco y está a la sombra, con rayos de luz solar entrando por la puerta abierta que da al jardín del harén.

La Fuente de las lágrimas está relegada en un rincón, con un busto de Pushkin a su lado. Desde su mármol gris y sus motivos florales desciende una secuencia de nueve vasijas.

"Descrita poéticamente como la fontaine des larmes [la fuente de las lágrimas], vi una fuente rota; desde una tubería de acero oxidada, el agua caía gota a gota", escribió Pushkin a un amigo después de ver por primera vez la fuente en su visita de 1820. Sin embargo, después vio el destello del oro poético en la imagen de la fuente como un ojo desolado que lloraba sin cesar. Desde 1821 hasta 1823, Pushkin trabajó en su poema, el cual fue publicado en marzo de 1824. Se convirtió en su poema más vendido. Poco tiempo después, en 1826, publicó un poema reflexivo, más corto, titulado "Al palacio de la fuente de Bajchisarái".

Honestamente, la primera impresión prosaica e incluso deslucida que tuvo Pushkin en 1820 sigue siendo acertada. El viajero estadounidense Matt Brown reaccionó de la siguiente manera al ver la fuente por primera vez: "Antes de entrar, leí la guía Lonely Planet, en la que se describe la fuente llorosa. Uno espera entrar en el lugar y ver una estructura fabulosa, pero fue muy decepcionante".

Pero los rusos discrepan: Lean la interpretación poética de Pushkin y podrían tener una reacción como la de las interminables filas de turistas que visitan la humilde fuente con solemnidad, curiosidad abobada y visible emoción. Con las manos temblorosas, algunos ponen dos flores blancas, imitando el gesto obsesionantemente hermoso de Pushkin en su segundo poema:

La corriente de amor, la corriente viva,
le he traído dos rosas, como un presente.
Me gusta tu incesante murmullo,
Y las lágrimas líricas, quietas y agradables.

Ludmila Nosoyan es una diseñadora de modas de Moscú que trata de visitar la fuente una o dos veces al año. Recuerda haber oído por primera vez a Pushkin cuando era una niña pequeña. "Es una historia de un mundo mágico que nada tiene que ver con la realidad de la estepa de Orenburgo [en Siberia]. Gente mágica, vestimentas extrañas y hermosas: una historia de ensueño".

Reconoce, aunque poco, que la fuente en sí es muy modesta. "Aunque la realidad no es tan impresionante, igual mantiene el sueño intacto", indica. "Aquí me siento encantada en una época diferente. Veo la fuente, veo a Zarema, a María y a Giray. Es una historia de amor imperecedera".

En la historia que narra Pushkin, el palacio era, hacía mucho tiempo, el hogar de un "totalitario señor de naciones", un kan al que Pushkin llama simplemente Giray. En el patio interior estaba el harén, al cual solo Giray tenía permitida la entrada. Allí, Zarema era "la reina del harén, la estrella más brillante del amor", hasta que llega María, "una princesa huérfana secuestrada con armas" desde un castillo en Polonia. ("Ella era el orgullo de su anciano padre / Alegría de la marea recesiva de sus años.") Giray se enamora secretamente de la hermosa María, pero su amor no es correspondido. María es tímida, solitaria, casta y está perturbada por el cautiverio. Se resiste desesperadamente ante él y "en este apartado alojamiento / Alejado de esposas envidiosas, ella llora su sentimiento". Pero ello no detiene a la envidiosa Zarema, quien entre sigilosamente en la habitación de María y la asesina. Giray presencia el crimen y expulsa a Zarema. Aquella noche, Zarema también muere. Giray, acongojado por las pérdidas ("Entonces murmura algo y parece / Lágrimas recorren sus mejillas en hirvientes riachuelos") y ennoblecido por el amor romántico, le ordena a su escultor:

Vino de vuelta a casa el cacique Tatar;
Una fuente de mármol levantó
Para honrar el pobre nombre de María
En lo profundo de una esquina del palacio...
Se lee un escrito también; los sagaces remolinos
del tiempo no se han borrado aún.
Detrás sus curiosas curvas y rizos
Dentro de la piedra las aguas se inquietan
Entonces brotan y llueven lágrimas como perlas,
Sin secar, sin callar eternamente.
De este modo las madres lamentan el dolor sin medida
Hijos hechos para morir por una guerra feroz.
Esta trágica historia de una antigua tradición
Han atesorado las doncellas por aquí;
Cada época venera la triste marca,
Y la conoce como
la Fuente de las lágrimas.

Lo que la gente hoy ve en la fuente, dice Emil Ametov, un joven historiador asistente del palacio, son las lágrimas de un ojo humano que llenan la gran vasija —un "corazón roto"— y que después salpican hacia los pares de vasijas más pequeñas, ofreciendo el alivio que brindan las lágrimas. Pero, después, a medida que surgen los recuerdos, la pileta de lágrimas vuelve a llenarse y el corazón repite el ciclo una y otra vez con pena inconsolable y amor constante.


"U

n cuento popular", dice Haiworonski, en relación al poema épico de Pushkin. "En realidad, no sabemos cuán cierta es la historia de Dilara Bikech, la dama noble de quien se enamora el kan. No sabemos nada sobre ella".

La mayoría de los historiadores cree que el lugar original donde se encontraba la Fuente de las Lágrimas era el nicho de un mausoleo octagonal construido en 1764 por el kan Qirim Giray sobre un cerro que dominaba el palacio. En el mausoleo estaba inscrito solo el nombre de una mujer: Dilara Bikech.

Haiworonski, un polaco-ucraniano que creció en Bajchisarái, termina su tercer té servido en una pequeña vasija de porcelana, al estilo de los tártaros de Crimea. "No existe evidencia, solo especulaciones: Ni siquiera el amor de un kan podría ser fundamento para enterrar a una mujer en un mausoleo como si fuera una santa", señala.

"Podemos encontrar razones mucho más sustanciales de ello porque conocemos a Dilara Bikech como una donadora de mezquitas del pueblo. Una de las mezquitas de Bajchisarái, la llamada Mezquita Verde, lleva inscrito su nombre. Sabemos que la tradición de las mujeres ricas de construir mezquitas sí existía en la corte de Crimea. Por lo tanto, quizás no fue el amor del kan el motivo por el cual fue enterrada con un honor tan especial. Lamentablemente, por ahora no tenemos documentos que nos sirvan para saber quién fue ella".

En una visita a Bajchisarái más o menos en la misma época que la de Pushkin, el viajero Muraviev-Apostol escribió lo siguiente en relación al mausoleo, aún en pie: "Es muy extraño que toda la gente del lugar asegure que esta hermosa mujer no era una chica georgiana sino una chica polaca, supuestamente secuestrada por Qirim Giray. Pero por más que discutía con ellos, sin importar cómo les dijera que la historia tradicional no tiene fundamento histórico y que en la segunda mitad del siglo XVIII no era tan fácil que los tártaros secuestraran a un polaco, todos mis argumentos no sirvieron de nada. Todos sostienen el mismo enunciado: La hermosa mujer era María Potocka".

Efectivamente es posible que haya existido una María Potocka, una mujer noble polaca que fue secuestrada en una redada de tártaros de Crimea y mantenida en el harén del kan, y que finalmente se convirtió en su esposa. Pero los tiempos no concuerdan: El relato es mencionado por primera vez en los escritos del historiador crimeano Sayyid Muhammad Riza. Según su versión, fue al kan Fetih II Giray (gobernó entre 1736 y 1737) a quien se le entregó la sirvienta capturada —y quien la devolvió a su familia a cambio de oro. Desde que la fuente fue construida en 1764, el saber histórico aceptado indica que en realidad el cuento conmemora a Dilara Bikech, quien probablemente fue una muchacha georgiana que murió joven, puesto que dilara es una palabra turca que significa "amada" y bikech era un nombre que comúnmente se les daba a las concubinas.

Como adición a la leyenda, apenas 20 años después de que la fuente fue erigida y después de la muerte del "último kan" que la construyó, la emperatriz de Rusia, Catalina la Grande, llegó a visitar Bajchisarái. Las versiones sobre su visita en 1787 y sus propias palabras indican que en aquella época el palacio ya estaba arraigado en la imaginación romántica de los rusos.

Bajchisarái fue la última parada del viaje de ocho meses que realizó Catalina con motivo de la celebración de su victoria sobre el Imperio otomano en la guerra ruso-turca, que había terminado en 1774 y la anexión de Crimea a Rusia en 1783. Debe de haber sido un gran acontecimiento: 12.000 soldados de caballería tártaros, generosamente vestidos y armados, escoltaron a Catalina, a la guardia de honor y a su séquito de 2.300 personas hasta el palacio de los antiguos kanes.

El cerebro de la visita fue el príncipe Gregorio Potemkin, el estadista más poderoso de Rusia y amigo íntimo de Catalina, quien había dado órdenes de restaurar y remozar completamente el palacio del kan con el objetivo final de convertirlo en una especie de su propia "Alhambra rusa".

Logró impresionar a Catalina. Desde Bajchisarái, la emperatriz escribió las siguientes líneas a Potemkin, traducidas a continuación por Andreas Schnle:

Me quedé una noche en la casa de verano del Kan,
En medio de musulmanes y de la fe islámica.
Al frente de esta casa de verano una mezquita fue construida,
Donde cinco veces al día el Imam llama a la gente.
Pensé en dormir, pero tan pronto como cerré los ojos,
Él cerró sus oídos y gritó con todas sus fuerzas...
¡Oh, milagros divinos! ¿Quién entre mis antepasados
Dormía plácidamente de las hordas y de sus kanes?
Pero lo que me no me deja dormir en Bakhchisarái
es el humo del tabaco y este grito. ¿No es éste el lugar del paraíso?

Catalina, una de las grandes mujeres románticas de la historia, permaneció tres días en Bajchisarái. Como parte de su coup de théâtre, Potemkin había trasladado la fuente, que Pushkin inmortalizaría 37 años después, desde su ubicación original, en el mausoleo, hacia su ubicación actual, en un patio interior, para dejarla cerca del cuarto de la emperatriz, con la certeza de que esta apreciaría lo que en esa época ya era parte del folclore local: el cuento del kan, la reina del harén y la sirvienta cautiva. Uno puede imaginarse a Catalina y a su séquito pasando la tarde con sus invitados, escuchando las gotas de la fuente caer. Los ecos son prolongados en dicho patio.


U

na noche en el palacio, me encontré con Amit Refetov y su novia Elmaz, quienes habían venido acompañados por algunos familiares a visitar la Gran Mezquita del Kan para bendecir su matrimonio. "Es nuestra mezquita tártara de Crimea", dijo Refetov. "Hasta las paredes pueden bendecir a la nueva familia".

Sin embargo, muchas de esas paredes, excepto las de las partes más antiguas y mejor conservadas del palacio, fueron alteradas hace mucho tiempo. Cuando Pushkin visitó el palacio en 1820, dijo haber "recorrido el palacio muy irritado por el descuido en el que está cayendo y por las modificaciones semieuropeas efectuadas a algunas habitaciones".

Pushkin podría culpar en parte a Potemkin, que había solicitado los servicios del arquitecto José de Ribas, que no estaba bien familiarizado con los estilos o principios islámicos, para remozar el palacio. Querían deleitar a la emperatriz con mansiones hermosas que buscaban satisfacer las expectativas europeas e imperiales, por lo que mezclaron estilos asiáticos y europeos, aunque no siempre con éxito.

Otros cambios realizados al palacio normalmente coincidían con la visita del siguiente zar o la siguiente zarina. Esto también significó demoliciones: Solo en la década de 1820, varios edificios del harén, el palacio de invierno, un gran complejo de baños y otras partes del palacio fueron destruidos. En el transcurso de las décadas, el palacio se redujo de un área de 18 hectáreas a una de 4, de 44 acres a 10.

Sin embargo, la influencia de Pushkin fue inmediata y —al menos desde el punto de vista arquitectónico— favorable. Aunque "La fuente de Bajchisarái" contribuyó a promover una imagen popular y romantizada del mundo islámico, los cambios efectuados a la estructura del palacio original comenzaron a producir como respuesta la protesta de los arquitectos, artistas e incluso de los zares.

A menos de un año después de la visita de Pushkin, una procesión de escritores visitó el palacio, algunos de los cuales incluso revivieron el drama. El poeta polaco Adam Mickiewicz es actualmente célebre por sus "Sonetos de Crimea", uno de los cuales habla sobre Bajchisarái, traducido al inglés por Dorothea Prall Radin (traducción al español de Antonio Benítez Burraco):

En medio de una sala una vasija de mármol descansa:
Es la fuente del harén, que hasta hoy incólume resiste,
Y que, vertiendo lágrimas perladas, clama a través del silencio:
«¿Dónde estáis, amor, poder y gloria?
El agua sin descanso fluye,
más vosotros habíais de perdurar para siempre.
¡Oh, deshonra! Habéis desaparecido, y es la fuente lo que permanece.»

Pero hubo muchos otros: Alexsander Griboyedov, Aleksey Tolstoy, Ivan Bunin, Sasha Cherny, Mykhailo Kotsyubynsky de Ucrania, y muchos más. También vinieron artistas: El romántico ruso Karl Bryullov trabajó durante 12 años en una pintura, un lienzo orientalista, idilio en un harén, titulado "La fuente de las Lágrimas". Al igual que el poema de Pushkin, todos los rusos lo conocen. En la pantalla grande, el gran cineasta Yakov Protazanov hizo su primer largometraje en 1907, al que tituló "La fuente de Bajchisarái".

Sin embargo, fue un ballet basado en el poema de Pushkin el que más contribuyó a salvar al palacio de la destrucción.

En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos deportaron en masa a los tártaros de Crimea hacia los territorios de lo que hoy es Uzbekistán y otras partes de Asia central, en represalia por la colaboración de algunos tártaros con la Alemania nazi. Cuarenta por ciento de los deportados murió en el lapso de dos años.

A la limpieza étnica le siguió una cultural, ya que las huellas históricas y lingüísticas del pueblo tártaro de Crimea que habitaba en la península fueron eliminadas. Los nombres de pueblos y ciudades en tártaro de Crimea y turco fueron sovietizados. Los cementerios y las mezquitas fueron destruidos. Los soviéticos propusieron cambiar el nombre del palacio de Bajchisarái a "Pushkinsk" ("Pushkin") o "Sadovsk" ("Jardín"). Según María Yustara, quien fuera directora del museo del palacio durante los años de la posguerra y quien se encontraba en Moscú en ese momento, también había planes para destruir el palacio.

Afortunadamente, el ballet de Boris Asafyev "La fuente de Bajchisarái" fue presentado por primera vez en un escenario unos 10 años antes, y había recorrido todas las grandes ciudades soviéticas siendo muy aclamado por el público. Más importante aun, uno de sus fanáticos era nada menos que el líder soviético José Stalin —de hecho, era su ballet favorito. También Pushkin estaba por encima de toda posible crítica de los soviéticos, tras haber sido declarado "completamente nuestro, un soviético" en Pravda, el periódico oficial del Partido Comunista, en el centenario de la muerte del poeta, en 1937.

Difícilmente sería una exageración afirmar que la imaginación del poeta Pushkin no solo dio vida, sino que también, a la larga, terminó por convertir en un santuario a la fuente y al palacio, cuyo nombre se mantuvo y cuyos edificios perduraron intactos durante la época soviética.

En la actualidad, el palacio de los kanes, con sus mezquitas, cementerios y otros edificios, es el único monumento importante sobreviviente de las artes visuales tártaras del kanato de Crimea. Como señala Haiworonski: "el palacio aún rememora su pasado, que alguna vez fue un paraíso". Pero si vas, tienes que conocer la historia. Y trae tu propio Pushkin.

¡Oh mágica orilla! Oh visiones de bálsamos
Todo ahí inspira: pico y pino,
La calma abrigadora del grácil valle,
La rosa y ámbar de la vid,
Enfría arroyos y se ensombrece el toplar cercano…

 

Sheldon Chad Sheldon Chad ([email protected]) es un premiado guionista cinematográfico y periodista de medios escritos y radio. Desde su casa en Montreal, Sheldon viaja mucho a Oriente Medio, África occidental, Rusia y Asia oriental. En octubre participó como ponente destacado en el Diálogo entre Civilizaciones celebrado en Rodas.
Sergey Maximishin El periodista gráfico Sergey Maximishin ([email protected]) es natural de Crimea. Ha recibido reconocimientos en forma regular desde 2001 tanto del Russia Press Photo Contest como del World Press Photo. Sergey es ex fotógrafo del periódico ruso Izvestia, y su trabajo aparece frecuentemente en las principales revistas del mundo.

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--Los editores

This article appeared on pages 2-11 of the print edition of Saudi Aramco World.

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