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Volumen 65, Número 3mayo/junio 2014

In This Issue

#boom tecnológico: #redes árabes - Texto de Habib Battah // Fotografías de David Degner

Sin luces en las calles y con filas de edificios abandonados que datan de los últimos tiempos de la era otomana, el barrio de Khandaq al-Ghamiq, en Beirut, parece hacer honor al significado de su nombre en árabe: “zanja oscura”. Allí viven algunos de los habitantes más pobres de la ciudad, muchos desplazados por la guerra, que ocupan desde hace décadas lugares destruidos que apenas les sirven de refugio.

Sin embargo, en una noche reciente de marzo, el Khandaq se iluminó con una fiesta a todo brillo celebrada en una enorme carpa blanca. Afuera se alineaban los asistentes que recibían las llaves de los vehículos para estacionarlos, mientras se oía el ritmo de la música árabe. En el interior, en medio del bullicio causado por las conversaciones a toda voz, una banda libanesa de moda cantaba versiones nuevas de melodías tradicionales, mientras los más sofisticados restaurantes de Beirut servían filetes importados de Australia, hamburguesas gourmet de Black Angus y jugos artesanales prensados en frío. Los asistentes estaban vestidos elegantemente en un estilo que podría denominarse “casual puntocom”: chaquetas abiertas para dejar ver camisetas con leyendas irónicas y calzado deportivo. Muchos aún llevaban al cuello sus brillantes identificaciones amarillas en las que se leía “ArabNet”. 

Fadi Ghandour, fundador y director ejecutivo de Aramex, ha emergido como uno de los principales inversionistas del creciente sector tecnológico en la región, y ha ayudado a lanzar varios importantes emprendimientos y fondos de capitales de riesgo. También dirige wamda.com, el sitio de noticias tecnológicas líder en la región, y próximamente trabajará junto con las Naciones Unidas para fundar 200 “microempresas” en su Jordania nativa.
Fadi Ghandour, fundador y director ejecutivo de Aramex, ha emergido como uno de los principales inversionistas del creciente sector tecnológico en la región, y ha ayudado a lanzar varios importantes emprendimientos y fondos de capitales de riesgo. También dirige wamda.com, el sitio de noticias tecnológicas líder en la región, y próximamente trabajará junto con las Naciones Unidas para fundar 200 “microempresas” en su Jordania nativa.

La conferencia de tres días, que ya va por su quinto año, es uno de los encuentros más importantes de la incipiente industria que está naciendo en Medio Oriente, y la cena de esta noche es una de las numerosas fiestas relacionadas con el evento en las que los futuros líderes empresariales de la región entablan relaciones e intentan sacar provecho de un mercado de comercio electrónico regional que para el año 2015 valdrá 15.000 millones de dólares, según las estimaciones de PayPal. 

Si todo marcha de acuerdo con el plan, gran parte de la devastada área de Khandaq dejará atrás las marcas de metralla y se transformará en el Distrito Digital de Beirut, una iniciativa a 10 años dirigida a construir aproximadamente 10 rascacielos para albergar a toda la industria, que se concretará a tan solo unas cuadras de las lujosas torres residenciales de vidrio y acero que se están construyendo en el centro de Beirut. Se estima que las redes Wi-Fi y los cables de fibra óptica subsidiados surcarán libremente el área, que apunta a rivalizar con otros lugares similares nuevos en la región como Oasis500 en Jordania o Flat6Labs en Egipto, que albergan, capacitan e invierten en cientos de emprendimientos tecnológicos gracias a los millones y millones de dólares de nuevos fondos de capitales de riesgo que están floreciendo en toda la región. 

Horas antes de la fiesta, en ArabNet se exhibió una maqueta a escala del Distrito Digital, en el inmenso salón de banquetes del nuevo hotel Hilton de Beirut. Con una pantalla electrónica de 14 metros (45 pies) como telón de fondo, decenas de jóvenes y ambiciosos emprendedores de todo el mundo árabe subieron al escenario y, como parte de la competencia denominada “Ideathon”, brindaron breves discursos de dos minutos de duración similares a infocomerciales frente a una audiencia formada por unos 600 profesionales de TI. También estaban presentes los directores ejecutivos más afianzados que participaban en los paneles en los que se analizaban todo tipo de temas, desde la mercadotecnia en medios sociales hasta las oportunidades de capitales de riesgo y la necesidad de forjar vínculos con Silicon Valley. También hubo un breve debate acerca de las bitcoins y sobre responsabilidad social corporativa, más conocida por sus siglas en inglés, tan de moda en la industria: CSR

“¿Por qué es necesaria la CSR?” pregunta Ralf Aoun, un estratega de medios digitales que apenas supera los 20 años de edad, mientras recorre el escenario con un micrófono en su cabeza. “¡Porque es algo bueno para el negocio, bueno para RR. PP. y bueno para el karma!”

¿Qué papel juega la agitación política de la región? Esa fue la pregunta de Mike Butcher, el moderador y veterano de la industria en su tercera visita a ArabNet como editor de TechCrunch, uno de los sitios de noticias tecnológicas más populares del mundo. También le planteó el interrogante a otra panelista, Stephanie Holden, que trabajó anteriormente para Priceline y Walt Disney, y ahora dirige MBC Ventures, la rama de inversiones del gigante televisivo MBC, propiedad del gobierno saudita. Stephanie, que promociona las inversiones de su empresa en nueve lanzamientos de origen árabe, respondió que para los emprendimientos regionales la amenaza más grande es la de la burocracia gubernamental, y no la violencia con armas. Butcher también llegó a esa conclusión la noche anterior en otro evento posterior a ArabNet.

“En medio de todo lo que pasa, ustedes siguen creando cosas increíbles”, le dice a una multitud que festeja sus palabras. Los asistentes se habían reunido en Coworking 961, otro espacio de incubación tecnológica de Beirut. Butcher había sido uno de los jueces en un concurso de presentaciones en ese espacio, que ocupa lo que era la casa de huéspedes de un palacio del siglo XIX. Bajo las torrecillas, los representantes de jóvenes firmas libanesas habían presentado sus ideas en una pantalla de proyecciones en el jardín, un raro oasis de follaje exuberante en medio de una ciudad ahogada por el gas de los caños de escape. 

Samih Toukan, conocido por haber celebrado el más importante acuerdo tecnológico de Medio Oriente hasta la fecha, es uno de los fundadores de Maktoob.com, el primer proveedor de Internet en árabe, que se vendió en el año 2009 por cerca de 175 millones de dólares. Más recientemente, su firma de inversiones adquirió Souq.com, la tienda minorista en línea más grande de la región. 
Samih Toukan, conocido por haber celebrado el más importante acuerdo tecnológico de Medio Oriente hasta la fecha, es uno de los fundadores de Maktoob.com, el primer proveedor de Internet en árabe, que se vendió en el año 2009 por cerca de 175 millones de dólares. Más recientemente, su firma de inversiones adquirió Souq.com, la tienda minorista en línea más grande de la región. 

Los ganadores de esa noche fueron los desarrolladores de Roadie Tuner, un dispositivo portátil de hardware que afina guitarras y otros instrumentos de cuerda. El invento nació de la frustración que sentía el ingeniero de 27 años Bassam Jalgha cada vez que afinaba su ‘ud (laúd árabe). En el año 2009, Jalgha había ganado el reality show de MBC para innovadores, “Estrellas de la ciencia” (Stars of Science), y había recibido como premio un cheque de 300.000 dólares de Qatar Foundation. Posteriormente se asoció con su amigo Hassane Slaibi, que además de ser también ingeniero tocaba la flauta, y juntos lanzaron una campaña de financiamiento a través de donaciones en Kickstarter que arrojó una suma de casi 180.000 dólares: una cifra que triplicó el objetivo inicial que se habían propuesto. Desde entonces, Jalgha viaja a China periódicamente para supervisar el primer lote de producción, y espera que Roadie Tuner llegue a las tiendas comerciales este verano boreal. 

“Creo que ustedes no necesitan nuestra ayuda”, afirmó Butcher después de entregarle al dúo boletos y reservas para una mesa en el evento TechCrunch Disrupt del año 2014, que se realizará en la ciudad de Nueva York. “Hicieron un trabajo increíble”.

El segundo lugar del concurso fue para Ki, un dispositivo de seguridad de conexión USB que puede leer las huellas dactilares del usuario por medio de algoritmos de seguridad y parámetros de biométrica desarrollados en Beirut. “Parece demasiado”, dijo uno de los jueces. “¿Por qué no comprar la tecnología a Estados Unidos?” “¿Y qué nos garantiza que la NSA no la haya manipulado?” respondió el desarrollador de veintipico de años, lo que provocó las carcajadas de los asistentes. Los jueces también premiaron a Jihad Kawas, que presentó una aplicación que conecta a los compradores y a los vendedores de artículos usados que se encuentran en zonas cercanas. Esta no era la primera aplicación desarrollada por Kawas, que tiene tan solo 17 años.

Desde luego, muchos de los desarrolladores más exitosos del Líbano ya no necesitan hacer presentaciones en estos eventos. 

Hind Hobeika, de 26 años de edad, ya logró recaudar más de un millón de dólares en capitales de inversión para su innovación de hardware, Instabeat, que ya ganó un premio de diseño e ingeniería en el evento Consumer Electronics Show de Las Vegas en 2014. El producto es el primer monitor de pulsaciones para natación, que se coloca en las gafas protectoras y les permite a los nadadores perfeccionar sus ejercicios y también controlar su desempeño. Hobeika, que estudió ingeniería en la American University of Beirut, donde formó parte del equipo de natación, vio la necesidad de que existiese un dispositivo de ese tipo, que no podía encontrar en ninguna tienda. Después de más de dos años de desarrollo y nueve prototipos, la producción está programada para comenzar en el verano boreal, y Hobeika actualmente negocia acuerdos de distribución en Estados Unidos y Australia. 

Otros productos ya han llegado al mercado, muchos en forma de aplicaciones móviles. Quizás el más exitoso haya sido Poo, una mascota virtual a la que los usuarios pueden alimentar, acariciar, comprarle regalos y ver crecer. Creada por Paul Salameh, de 24 años de edad, la aplicación se ha viralizado. En las entrevistas con medios de prensa, Salameh afirma que se realizan hasta 300.000 descargas por día, y Poo ha alcanzado el primer lugar en la categoría de juegos para niños en las tiendas de aplicaciones de más de 65 países. Es probable que las ganancias se disparen con las compras que requiere la aplicación para alimentar y vestir a la mascota, disponibles en precios que van desde un dólar a 11 dólares. Los videos en los que se celebra el juego en diferentes idiomas ya tienen millones de visitas en YouTube, mientras que la página de Facebook de Poo ya suma más de cinco millones de seguidores.

Sin embargo, las historias de éxito tan rotundo como estas aún son bastante infrecuentes en la región, en la que comprensiblemente la industria tecnológica está tratando de encontrar su camino después de tan solo una década de existencia. Y los desarrollos realizados en Líbano, uno de los países más pequeños del mundo árabe, son solo una pequeña parte de esta nueva industria de la región. 

Ahmed Alfi regresó a El Cairo en 2006, y en 2011 abrió uno de los espacios de incubación tecnológica más conocidos de la región: Flat6Labs. Actualmente está remodelando una parte del campus de la American University of Cairo para transformarla en el parque tecnológico más grande de Egipto. “Todos saben que mi principal objetivo es la colaboración”, afirma.
Ahmed Alfi regresó a El Cairo en 2006, y en 2011 abrió uno de los espacios de incubación tecnológica más conocidos de la región: Flat6Labs. Actualmente está remodelando una parte del campus de la American University of Cairo para transformarla en el parque tecnológico más grande de Egipto. “Todos saben que mi principal objetivo es la colaboración”, afirma.

En la industria tecnológica árabe no hubo muchas oportunidades como la que pudo aprovechar Samih Toukan, de Jordania. Después de completar su maestría en administración de negocios en Londres, Toukan trabajó como asesor para Andersen Consulting en Ammán, pero al percibir la demanda decidió dejar su empleo a mediados de la década de 1990 para iniciar su propia empresa. Toukan le había hecho una propuesta a uno de sus antiguos clientes en Andersen: su compatriota Fadi Ghandour, director ejecutivo de Aramex, el servicio de transporte y mensajería más grande de la región. La penetración de Internet aún era incipiente en la región, y muy poco de ese contenido estaba en árabe. La solución parece obvia ahora en el presente: crear contenido en árabe y un servidor de correo electrónico para los lectores. A fines de la década de 1990, Toukan hizo precisamente eso y lanzó Maktoob.com. 

El sitio, que participaba por primera vez en el mercado, explotó de 100.000 usuarios en el año 2000 a 10 millones de usuarios en 2005. Yahoo compró la empresa en el año 2008 por 175 millones de dólares. Fue la clase de “salida” o venta que le dio ímpetu a la industria regional.

“Antes de eso, la industria no existía. Maktoob fue un punto de inflexión”, explica Toukan desde sus nuevas oficinas en Dubái. “Fue el comienzo de la industria. Después de esa salida observamos una aceleración de ideas e inversiones”.

Toukan, Ghandour y algunos otros se han convertido en los principales impulsores de esa tendencia. Con las ganancias del acuerdo hecho por Maktoob, Toukan lanzó Jabbar Internet Group, que ha invertido en productos como el dispositivo Instabeat de Hobeika y también en Souq.com, una tienda minorista en línea similar a Amazon.com en Estados Unidos. Toukan explica que Souq.com, que tiene unos mil empleados, genera cientos de millones de dólares en ingresos, aunque no revela exactamente la cifra. En marzo, el gigante mediático sudafricano Naspers invirtió 75 millones de dólares para adquirir una participación accionaria que representa el 36 % de la firma, después de haber invertido 40 millones de dólares en Souq.com en el año 2012.

“Si nos dan tres años más, verán a una empresa más grande que Maktoob”, afirma Toukan. “Esta puede ser una salida mucho más grande. Creo que la industria comienza a materializarse”, agrega.

Ramez Mohamed, director ejecutivo de Flat6Labs, ha supervisado la incubación por parte de la empresa de 36 emprendimientos con préstamos que van de 10.000 a 15.000 dólares, a cambio de los cuales Flat6Labs recibió entre el 10 % y 15 % de participación propietaria.
Ramez Mohamed, director ejecutivo de Flat6Labs, ha supervisado la incubación por parte de la empresa de 36 emprendimientos con préstamos que van de 10.000 a 15.000 dólares, a cambio de los cuales Flat6Labs recibió entre el 10 % y 15 % de participación accionaria.

Mientras tanto, la monarquía jordana apuesta a historias de éxito similares y ya ha comenzado con el lanzamiento (poco tiempo después de la transacción emblemática de Toukan) de Oasis500. Oasis, fundada en el año 2010 con el apoyo del rey Abdullah, recibió el mandato de supervisar, invertir y colaborar con el lanzamiento de 500 emprendimientos regionales en el transcurso de seis años.

Con sus coloridos murales, sus muebles de estilo futurista e incluso un tobogán gigante que baja en espiral hasta el enorme patio interior, cada rincón del edificio de Oasis en Ammán representa el espacio asignado a la tecnología puntocom que cualquiera espera encontrar. Además de brindar capacitación y espacios de trabajo compartidos para empresas recién formadas, Oasis cuenta con un fondo de 6 millones de dólares que utiliza para invertir hasta 30.000 dólares por emprendimiento nuevo, a cambio de una participación accionaria del 10 % al 20 %. 

Hasta ahora, Oasis ha invertido en 70 emprendimientos y lanzamientos, y además ha capacitado a otros 1.500 emprendedores a través de sus talleres mensuales de tipo “campo de entrenamiento”, según cuenta la gerente de inversiones Salwa Katkhuda. Una de sus primeras salidas más exitosas es la tienda minorista de deportes Run2sport, que le vendió la mayor parte de sus acciones a la empresa Souq.com de Toukan por 2,5 millones de dólares. Otro emprendimiento de Jordania, el portal de pago en línea Madfoo3atCom, obtuvo más de 500.000 dólares de inversores privados. Los dos acuerdos tuvieron lugar en el año 2012, y Katkhuda explica que Oasis actualmente se está expandiendo a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita. 

“Estamos en los albores de una era de emprendimientos en la región, aunque se necesitará mucho tiempo para que el mercado madure”, comenta. “Los pioneros de este mercado gozan de una enorme ventaja y tienen una gran oportunidad por haber sido los primeros en correr riesgos”.

Entre estos primeros arriesgados se destaca Ahmed Alfi, que después de dos décadas como inversionista en medios y tecnología en Los Ángeles en 2006 regresó a Egipto, su lugar de nacimiento, para lanzar uno de los primeros fondos de capitales de riesgos de la región. En el año 2011 abrió Flat6Labs, que ofrece servicios para emprendimientos y lanzamientos similares a los que brinda Oasis500. Hasta ahora ha ayudado a lanzar 36 empresas y ofrece instalaciones y préstamos que van de 10.000 dólares a 15.000 dólares a cambio de una participación accionaria que varía entre el 10 % y el 15 %.

“Habrá bastantes avances este año”, afirma Alfi desde El Cairo, donde está ocupado brindando un recorrido por las instalaciones. “Muchas empresas están en la cúspide”. 

Entre las historias de éxito de Flat6Labs se cuenta Instabug, una aplicación que ayuda a los desarrolladores a encontrar y denunciar fallas de programación al agitar físicamente un dispositivo móvil. Desarrollada por dos egipcios de 22 años de edad, la aplicación fue parcialmente financiada por una campaña de Kickstarter que en cuestión de horas sobrepasó su meta de 10.000 dólares y recaudó en total la suma de 85.000 dólares, y ahora celebra su millonésima descarga. También está 1Sheeld, un dispositivo que puede ayudar a automatizar objetos y artefactos y que ganó el premio del público en el evento TechCrunch Europe Disrupt del año pasado, y también Kngine, que según Alfi es similar al asistente de voz automatizado Siri, de Apple.

La nadadora e ingeniera Hind Hobeika, de 26 años de edad, inventó las gafas de natación de alta tecnología denominadas Instabeat, que les permiten a los nadadores controlar sus latidos durante sus ejercicios.
La nadadora e ingeniera Hind Hobeika, de 26 años de edad, inventó las gafas de natación de alta tecnología denominadas Instabeat (abajo a la derecha), que les permiten a los nadadores controlar sus latidos durante sus ejercicios.
La nadadora e ingeniera Hind Hobeika, de 26 años de edad, inventó las gafas de natación de alta tecnología denominadas Instabeat, que les permiten a los nadadores controlar sus latidos durante sus ejercicios.

“Finalmente estamos captando el interés de empresas extranjeras”, relata Alfi, y nombra a Samsung Ventures y Vodafone Ventures como partes que están negociando potenciales acuerdos.

Después del éxito de Flat6Labs, Alfi ahora se está expandiendo. Está construyendo el parque tecnológico más grande de Egipto, y para ello está transformando toda una manzana de edificios que antes eran utilizados por la American University of Cairo. El lugar es conocido como el “campus griego” porque en el pasado allí estaban las escuelas de los exiliados griegos, y allí Flat6Labs ha logrado atraer a 20 empresas que se han mudado a uno de los edificios, en tanto se proyecta abrir otros cuatro edificios este verano boreal, con la meta de atraer a cientos de empresas y crear aproximadamente 3.000 puestos de trabajo. Alfi explica que la voz corre rápidamente.

“Las personas se nos acercaban mientras nos estábamos mudando, durante las tareas de construcción. Jamás había oído nombrar al 80 % de estas empresas. Y estas personas ni siquiera me conocían”, explica entusiasmado. “Son personas que querían ser parte de la comunidad”.

La idea es crear un entorno de campus en el que la innovación y el talento se difundan rápidamente, algo que ha sido uno de los principales desafíos para la industria tecnológica árabe.  “Todos saben que mi principal objetivo es la colaboración, porque la colaboración acelerará el desarrollo del sector tecnológico”, explica Alfi. “La formación de redes de contacto es uno de los principales componentes que faltan. Si alguien está creando algo y conoce a una persona que ya fabrica subcomponentes, puede haber una colaboración. La formación de redes de contacto es una herramienta educativa para saber lo que están haciendo otras personas. Las redes ayudan a crear equipos de trabajo con más rapidez para atacar los problemas lo antes posible”.

Sin embargo, una vez que los equipos están formados, los emprendedores de la región, especialmente en un lugar como El Cairo, enfrentan el desafío adicional de obtener ganancias en una zona con alto desempleo generalizado, bajos ingresos per cápita y un bajo nivel de renta disponible. En Egipto, el país más poblado del mundo árabe, menos del 10 % de la población tiene cuentas bancarias. En toda la población del mundo árabe (350 millones de personas), menos del 10 % posee tarjetas de crédito. 

No es sorprendente que muchas empresas tecnológicas apunten hacia la Península Arábiga, donde los salarios son más altos y los crecientes mercados de consumo son más lucrativos. 

Los planes de la empresa jordana Oasis500 para expandirse a EAU y Arabia Saudita este año le permitirán “brindar servicios a un mercado mucho más grande”, según las palabras de la gerente de inversiones Salwa Katkhuda. ArabNet también comenzó a apuntar a la zona del Golfo, y ha lanzado nuevas conferencias anuales en Dubai y Riad.

Mientras tanto, en Flat6Labs ya se han graduado seis empresas a través de su programa de aceleración recientemente implementado en la ciudad de Yeda, Arabia Saudita, y hay cinco empresas inscriptas para un nuevo ciclo.  El director de Flat6Labs, Ramez Mohamed, es optimista en cuanto a las posibilidades que ofrece la región del Golfo. “Durante el próximo año, nuestro principal interés se concentrará en la zona del Golfo”, afirma, y revela los planes para implementar otro programa de aceleración en EAU y también abrir una sucursal en el norte de África. 

“Nuestras percepciones acerca del mercado saudita eran erróneas”, admite. “Pensamos que no podrían iniciar empresas exitosas o que carecían de pasión y aptitudes, pero todas estas suposiciones demostraron ser falsas. Al llegar allí, encontramos emprendedores ansiosos por alcanzar el éxito, que mostraron algo realmente digno de ver el día de las demostraciones”.

Alfi está de acuerdo. “Los jóvenes sauditas tienen muy buenas ideas y, lo que es más importante, tienen el deseo de lograr el éxito”, afirma el director de Flat6Labs.

De hecho, el talento saudita alcanzó repercusiones internacionales con el éxito de lanzamientos multimedia como Telfaz11, que a fines del año pasado produjo una parodia satírica del tema de Bob Marley “No Woman, No Cry” que tuvo 11 millones de visitas en YouTube. Telfaz11 también produjo otros videos, animaciones y cortos con un mayor nivel de producción, muchos de los cuales sumaron hasta tres millones de visitas y cientos de miles de suscriptores para los episodios web.

Omar Christidis, un graduado de Yale de 30 años de edad, es el fundador y director de la empresa con sede en Beirut ArabNet, que ha reunido a cientos de profesionales de TI, inversionistas de capitales de riesgo y jóvenes emprendedores en conferencias y eventos en toda la región.
Omar Christidis, un graduado de Yale de 30 años de edad, es el fundador y director de la empresa con sede en Beirut ArabNet, que ha reunido a cientos de profesionales de TI, inversionistas de capitales de riesgo y jóvenes emprendedores en conferencias y eventos en toda la región.

El prominente inversionista de origen saudita Rachid Al Balla afirma que se siente orgulloso de los jóvenes creativos de su país y las nuevas “sociedades geek” que han surgido, como los Geeks de Riad, los Geeks de Yeda, y las Geeks de Banat (una sociedad exclusivamente de chicas). El desafío, en su opinión, es aprovechar y hacer madurar las aptitudes de estos jóvenes para poder desarrollar un ecosistema de emprendedores. Según explica, algunos de estos grupos tienen hasta 2.000 miembros, pero con frecuencia carecen de los elementos básicos de organización o financiamiento para reunirse y crear oportunidades de conexión a fin de formar una comunidad mucho más sólida. “No hay un lugar lo suficientemente grande para que todos se reúnan”, explica. “Son organizaciones abiertas y gratuitas”. 

Si bien los gobiernos de la región gastan miles de millones de dólares en infraestructuras de transporte como vías férreas y centros financieros, Al Balla explica que muchos de estos proyectos apuntan a sectores ya establecidos que pueden afrontar rentas elevadas, y por lo tanto no suelen ser aptos para jóvenes emprendedores. Por eso sugiere la necesidad de que haya más espacios comunitarios, quizás subsidiados por patrocinadores.

Al Balla afirma que hay demasiada inquietud respecto de la posibilidad de gastar o desperdiciar mucho dinero, y también respecto de una posible superposición de los programas gubernamentales.

“Cuando se invierten miles de millones, es inevitable que haya desperdicio y repeticiones, pero está bien que así sea”, explica. “En Corea, por ejemplo, hay cientos de programas que compiten entre sí por el mismo objetivo. Es menos riesgoso sembrar de más que sembrar poco”. 

Otro desafío son los altos salarios que se pagan en Arabia Saudita y los estados de la zona del Golfo, que en su opinión pueden desincentivar a los jóvenes profesionales para que asuman riesgos: “si una persona gana 10.000 dólares al mes, ¿por qué habría de iniciar un emprendimiento y quedarse trabajando hasta altas horas de la noche cuando puede trabajar y volver a su hogar por las tardes?” 

“No creo que haya una falta de liquidez”, explica. “Hay billones de dólares disponibles. Lo que falta es un mayor grado de madurez en los inversionistas, los emprendedores y los reguladores. Lo que se necesita es crear un ecosistema”. 

Ya es hora, afirma, de que las empresas de telecomunicaciones de la región, que ganan miles de millones de dólares, inviertan en el sector. “Si un ecosistema no madura con suficiente rapidez, terminará por entregarse a empresas internacionales que levantarán aquí su negocio”.

Para Ahmed Zahran, el futuro del crecimiento económico está “fuera de la red” en las franjas de Medio Oriente que no reciben servicio de las redes de electricidad nacionales. En el año 2011, fundó con otros la empresa KarmSolar, que actualmente construye una de las más grandes bombas de agua con energía solar del mundo, y apunta a llevar la energía renovable a los sectores de turismo y agricultura en el desierto de la Península de Sinaí.
Para Ahmed Zahran, el futuro del crecimiento económico está “fuera de la red” en las franjas de Medio Oriente que no reciben servicio de las redes de electricidad nacionales. En el año 2011, fundó con otros la empresa KarmSolar, que actualmente construye una de las más grandes bombas de agua con energía solar del mundo, y apunta a llevar la energía renovable a los sectores de turismo y agricultura en el desierto de la Península de Sinaí.

Desde sus oficinas situadas en el corazón del nuevo distrito financiero de Dubai, Toukan mira abajo las filas de torres que se alinean junto a la principal carretera de la ciudad, Shaikh Zayed. Si bien no hay cifras exactas, calcula que el valor actual de la industria tecnológica árabe equivale aproximadamente a un par de esos rascacielos que valen entre 100 y 200 millones de dólares cada uno. 

“Si tan solo se invirtiese en tecnología el uno por ciento de lo que se invierte en bienes raíces”, se lamenta. “Los inversionistas están acostumbrados a las inversiones tradicionales. La tecnología es algo nuevo para ellos. Necesitamos darles pruebas. En los últimos 10 o 15 años, convencí a muchas personas, y puedo ver que las cosas están cambiando. En un principio, nadie creía en lo que hacíamos, pero cuando las personas comenzaron a oír, por ejemplo, que WhatsApp se había vendido por 19.000 millones de dólares, fue diferente... ¡Eso ayuda bastante!”, afirma riéndose. 

Si bien están llegando más fondos en línea, como lo prueba el lanzamiento de un fondo de 50 millones de dólares para pequeñas y medianas empresas por parte del gigante saudita de las telecomunicaciones STC, Toukan afirma que esto no es suficiente. “No deberíamos estar hablando de millones, sino de miles de millones”. 

Alfi afirma que el conjunto de inversionistas principales, conocidos según la jerga de la industria como los “inversionistas ángeles”, debe expandirse: “las personas de mi generación (Fadi Ghandour, Samih Toukan, yo mismo) no son tantas. Si fuésemos unos cientos, el sector avanzaría mucho más rápidamente. Ahora, Fadi financia 50 empresas, yo financio otras 50 empresas, pero sería fantástico que fuésemos varios cientos de personas. Espero que en los próximos 10 a 15 años la nueva generación de emprendedores tome nuestro lugar, pero para un sector mucha más amplio”.

Otro de los obstáculos mencionados por Toukan, Al Balla y otros inversionistas es la dificultad para movilizar el talento en la región debido a las complicaciones de los procedimientos de visas, especialmente en Arabia Saudita. 

En el otro extremo del espectro, si bien otros países más pobres como Líbano pueden ofrecer destinos más deseables y accesibles, se ven acosados por la falta generalizada de infraestructura.

A pesar de toda la agitación que rodea el tema del nuevo Distrito Digital de Beirut, las conexiones de Internet del país siguen estando entre las más lentas del mundo. El gobierno prometió entregar tecnología de fibra óptica con descuento a entidades tales como Berytech, una incubadora empresarial y uno de los primeros habitantes del distrito. Berytech cuenta con un fondo de 6 millones de dólares para invertir en nuevos emprendimientos, y acelera tres empresas por año. Sin embargo, hasta el momento la entidad solo ha obtenido 12 megabits por segundo de banda ancha, que debe compartir con muchos otros residentes del distrito. En consecuencia, las velocidades de cada uno se remontan a las de la década de 1990, la era del acceso telefónico a Internet. Y sin embargo, los costos de este servicio mínimo son increíbles.

“¡Pagamos 12.000 dólares por mes por 12 megabits!” exclama Nicolas Rouhana, director de Berytech. “¿Cómo se supone que puedo ayudar a los nuevos emprendedores si tengo que pagar semejante suma?”.

Mientras tanto, la pobreza de barrios devastados como Khandaq al-Ghamiq (visible desde las ventanas de Berytech y el Distrito Digital) es un doloroso recordatorio acerca de un desafío mucho más difícil de superar: la creación de puestos de trabajo tanto en Líbano como en el resto de la región, donde según los cálculos del Banco Mundial se necesitarán 100 millones de empleos en la próxima década para absorber a los nuevos trabajadores. 

Tal como sugiere el título de su libro publicado en el año 2013, Emprendimientos en aumento (Startup Rising), el escritor e inversionista Christopher Schroeder afirma que la nueva generación de emprendedores del Medio Oriente está destinada a tener un enorme impacto en la región y su futuro económico.

“La tecnología ofrece un nivel irreversible de transparencia, conectividad y acceso a bajo costo para los mercados de capitales que era impensable hace solo cinco años”, escribe.

Nicolas Rouhana, uno de los primeros habitantes del Distrito Digital recientemente establecido en Beirut, es director de Berytech, una organización con un fondo de 6 millones de dólares para invertir en nuevos emprendimientos.
Nicolas Rouhana, uno de los primeros habitantes del Distrito Digital recientemente establecido en Beirut, es director de Berytech, una organización con un fondo de 6 millones de dólares para invertir en nuevos emprendimientos.

El libro de Schroeder, escrito después de viajar un año por toda la región, es un catálogo de todos los emprendimientos que resultaron exitosos en el mundo árabe. Schroeder suele hacer referencia al potencial de la población joven de la región (100 millones de personas con menos de 15 años de edad) y a la creciente penetración de Internet y los teléfonos inteligentes, a una velocidad de dos dígitos en muchos países.  Convencido del futuro de la industria, Schroeder forma parte del directorio de Oasis500 y también de Wamda, una agencia de noticias sobre tecnología con sede en Beirut que organiza talleres para emprendedores desde Casablanca hasta Doha.

“Los jóvenes con alto nivel de capacitación que aún no muestran todo su potencial son realmente un activo muy valioso.  El espíritu emprendedor en líneas generales y la disponibilidad tecnológica en términos específicos nos ofrecen herramientas y capacidades que ni siquiera se imaginaban cinco años atrás”, explica en un mensaje de correo electrónico. 

Sin embargo, a la vez es imposible negar que muchas de las rutilantes estrellas jóvenes de la industria han tenido un origen privilegiado o han asistido a universidades prestigiosas, con frecuencia occidentales, y en general se sienten cómodos hablando en inglés. De hecho, casi todas las sesiones y presentaciones de ArabNet en Beirut se realizaron enteramente en inglés, a pesar de que el 80 % de la población árabe solo habla ese idioma, según el Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas publicado en el año 2005. 

Y entrar en la industria cuesta dinero. Un solo escritorio en lugares como Oasis500 o Berytech se alquila a un precio inicial de 300 a 350 dólares por mes, que es casi el mismo valor de una entrada con descuento para jóvenes para los tres días de la conferencia ArabNet. Aunque quizás esto no parezca caro en Occidente, estas cifras son casi equivalentes o superiores al salario mensual promedio en gran parte de Medio Oriente. 

En respuesta a esto, las organizaciones como ArabNet y Oasis500 afirman que ofrecen becas y descuentos masivos para personas con bajos recursos que desarrollan aplicaciones interesantes.

“Hay muchas formas de involucrarse aunque no se puedan pagar esos precios”, indica Omar Christidis, fundador y director de ArabNet. Este graduado de Yale de 30 años de edad señala que todos los que participan en presentaciones pueden acceder gratuitamente al evento. 

“En teoría, la mayoría de las oportunidades están abiertas para todos, independientemente de la clase a la que pertenezcan”, explica a través de una fluctuante conexión a través de Skype en Beirut. “Ahora bien, ¿la capacitación juega un papel importante a la hora de completar un formulario de solicitud? Por supuesto que sí”.

Joumana Al Jabri, de nacionalidad saudita, fundó con otros la empresa Visualizing Impact, con sede en Beirut, que produce informes por medio de gráficos y datos para trazar un mapa de los problemas sociales y políticos de Medio Oriente que no suelen ser cubiertos en profundidad por los medios de comunicación. “Hay mucho talento en la región que no se utiliza en las áreas en las que más se necesita”, afirma. “Nuestra ambición es crear un precedente para abordar los temas más apremiantes y también atraer a personas de gran creatividad a la tecnología y el diseño de la ciencia de datos”.
Joumana Al Jabri, de nacionalidad saudita, fundó con otros la empresa Visualizing Impact, con sede en Beirut, que produce informes por medio de gráficos y datos para trazar un mapa de los problemas sociales y políticos de Medio Oriente que no suelen ser cubiertos en profundidad por los medios de comunicación. “Hay mucho talento en la región que no se utiliza en las áreas en las que más se necesita”, afirma. “Nuestra ambición es crear un precedente para abordar los temas más apremiantes y también atraer a personas de gran creatividad a la tecnología y el diseño de la ciencia de datos”.

Christidis reconoce que muchos de los jóvenes de la región quizás no puedan darse el lujo de experimentar con ideas sobre nuevos emprendimientos debido a la necesidad de ganarse la vida. “Si una persona debe procurar el sostén de sus padres, es menos probable que pueda correr riesgos”, agrega, aunque advierte que esta misma brecha digital es una característica de la mayoría de los mercados tecnológicos de todo el mundo. “¿Acaso las iniciativas de emprendimiento en Silicon Valley están dirigidas a las personas con menos recursos?”

Fadi Ghandour, veterano de la industria y director ejecutivo de Aramex, afirma que él también está consciente de esta brecha y anuncia una nueva alianza con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para ayudar a financiar 200 microemprendimientos en Jordania. La iniciativa, que según Ghandour también se extenderá a Líbano, se ofrece a través de Ruwwad, una organización de empoderamiento y voluntariado joven que él también dirige.

“Internet ha abolido las divisiones: es un gran igualador que ha reducido enormemente los costos de la innovación y la realización de negocios”, explica. “Es cierto que hay una brecha, pero eso no me preocupa tanto como la burocracia, el acceso al capital y el desarrollo de la infraestructura necesaria para permitir que las personas y las empresas realicen transacciones en línea”.

En verdad, esas mismas causas de inquietud son las que también pueden poner en riesgo la capacidad del mundo árabe para retener ese valioso talento que ha desarrollado. Por ejemplo, los jóvenes desarrolladores de hardware como la creadora de Instabeat, Hind Hobeika, actualmente analizan diferentes opciones para futuras sedes.

 “Creo que tendremos muchos problemas para llevar la producción a otra escala en el futuro, cuando busquemos crear más de un producto”, explica Hobeika. “Hemos estado analizando diferentes opciones de relocalización, lugares en Europa y Estados Unidos. Sin dudas estamos explorando posibilidades. Queremos contratar a personas calificadas y con un alto nivel de conocimientos”.

Sentado en un café de Beirut, Bassam Jalgha, el creador de Roadie Tuner, también se siente indeciso ante su próximo viaje a China para supervisar su primer ciclo de producción. “Quisiera darles esperanzas a las personas, decirles que es posible, que nosotros lo estamos haciendo, que a pesar de que la situación no sea buena de todos modos se puede”. Sin embargo, los coches bomba siguen explotando en Beirut, y por eso Jalgha está analizando la posibilidad de pasar más tiempo en China, además está aprendiendo chino. “Me gusta”, dice con melancolía. “Lo triste de estar aquí es que nada mejora. Volví después de estar seis meses en China y ahora es peor”.

Y cada segundo cuenta. De acuerdo con la opinión del escritor Christopher Schroeder, los gobiernos y las instituciones que limitan las inversiones o las oportunidades están eligiendo “opciones terribles” que pueden afectar a varias generaciones. “La tecnología avanza demasiado rápido”, afirma. “Si un país queda rezagado, le resultará difícil volver a estar a la par que el resto y perderá a sus mejores talentos”.

Sin embargo, Ghandour se mantiene confiado en cuanto al largo plazo: “comprendo muy bien los riesgos y conozco la recompensa. Las ganancias son importantes, pero esta industria necesita crecer y madurar, y los inversionistas y emprendedores deberán tener mucha paciencia antes de presionar para ver sus ganancias. Como todas las empresas o emprendimientos, todo requiere un tiempo para desarrollarse”. 

El equipo de Ghandour en Wamda actualmente está recaudando un fondo de 75 millones de dólares para respaldar a emprendedores, lo que representa un aumento de más de diez veces en comparación con el anterior fondo de 7 millones de dólares que Wamda lanzó apenas tres años atrás.

“En todas las áreas, las tendencias son alentadoras. Hay buenos indicios en todas partes. Solo tenemos que avanzar sin dejar de presionar, y seguir creyendo e invirtiendo”, afirma Ghandour. ”los pioneros son los que corren los mayores riesgos. Ellos son los más valientes y comprometidos. Y su trabajo será recompensado. La historia nos muestra que siempre ha sido así”.  

Habib Battah Habib Battah ([email protected] y @habib_b) es un periodista de investigaciones de Beirut, que además es cineasta y autor del blog www.beirutreport.com. También es un colaborador habitual de Al Jazeera, BBC World y el periódico The Daily Star. Ha recibido dos veces el premio a la libertad de prensa Samir Kassir.
David Degner El reportero gráfico freelance David Degner, de El Cairo, ([email protected]) es representado por Getty Reportage. Estudió filosofía y periodismo gráfico en Western Kentucky University. 

 

This article appeared on page 22 of the print edition of Saudi Aramco World.

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